¿𝓓𝓮𝓼𝓮𝓸𝓼 𝓒𝓻𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼?
ᴅᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʟᴀꜱ ᴄᴇɴɪᴢᴀꜱ ᴠᴇɴᴅʀÁ ᴍɪ ᴘʀɪᴍᴏɢÉɴɪᴛᴏ. ꜱᴇÑᴏʀ ᴊᴜꜱᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏꜱ ʜᴏᴍʙʀᴇꜱ ᴀ ʟᴏꜱ Qᴜᴇ ɢᴏʙᴇʀɴᴀʀÁ.
Rhayshera es el fruto de aquella noche de pecado entre la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon. Enviada a los peldaños de p...
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Tengo los ojos cerrados, disfrutando del silencio que acompaña a mi victoria. Mis dedos caen una vez tras otras jugueteando sobre las recargaderas del trono que acabo de someter.
Respiro y pareciera que aún estoy entre los cadáveres calcinados de los rebeldes que prefirieron morir antes de arrodillarse ante mí y jurar lealtad a su Majestad.
En estos últimos años la salud de su Majestad el Rey Viserys ha empeorado dejando al reino en manos de la Reina. Eso ha dado pie a qué muchas de las grandes casas crean que pueden revelarse ante nosotros.
Pero la traición se paga con sangre.
—Princesa Rhayshera.
Me llaman haciéndome abrir los ojos. La expresión en mi rostro es neutra mientras observo acercarse a Ser Edmund Stark. Mi fiel amigo.
—Tengo noticias —vuelve a hablar cuando está frente a mí.
—Edmund. Creo que sabes perfectamente que odio que interrumpan mi momento de oración —respondo. Mi voz tan monótona como de costumbre.
—¿Orar? Pensé que no sabía hacerlo —se burla.
—He aprendido.
—Claro —dice irónico, una fina sonrisa se forma en mis labios—. Debemos volver a los peldaños de piedra ,Alteza.
—Deseo quedarme unos días más —informó, ahora es él quién me sonríe—. ¿Cuál es la urgencia?
—Se trata de, Lord Corlys.
—¿Qué le pasa a mi abuelo?
—Sus padecimientos han empeorado. El médico le pide que vuelva a marea alta con la princesa Rhaenys.
—¿Tan grave se ha vuelto? —La preocupación en mi voz es evidente. Lord Corlys Velaryon ha tomado el lugar de mi padre desdé que éste murió y fui enviada con él a los peldaños.
Mi crianza no estuvo llena de flores y muestras de cariño, pero no tengo queja alguna de sus métodos de crianza. Aún recuerdo sus palabras, la primera vez que mis manos se mancharon de sangre con tan solo 13 años.
El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino el que lo conquista. Limpia tu espada mi niña, no será la última vez que esté cubierta de sangre.
Que razón tenía. He perdido incluso la cuenta.
—Es lo mejor, Alteza —me respondió Edmund. No fue la respuesta que esperaba pero me dijo todo lo que necesitaba y por más que no me apeteciera lo haría—. Ya he preparado todo.
Suspiré resignada.
—Bien. Es momento de volver a casa —me levanté del trono y Edmund me ofreció su mano la cuál tomé y solté cuando termine de bajar los escalones frente a él—. No necesito decirte que vendrás conmigo ¿Verdad?
