CAPÍTULO 5

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Tan solo una hora antes, Sesshomaru había dejado a una confundida Kagome, ahora se encontraba en su jardín privado, meditando la situación.

Su despacho era el único lugar en toda la mansión que le hacía recordar todas las obligaciones de las cuál desde muy joven tuvo que hacerse cargo.

Su padre fue especialmente estricto con él, mostrándole el mínimo cariño que se le puede tener a un hijo. En cambio, con Inuyasha fue todo lo contrario. Sin embargo, Inuyasha siempre deseó que su padre lo enseñara a luchar, sabía, pero porque Sesshomaru lo entrenó.

En cambio, Sesshomaru desde que cumplió los dieciséis, tuvo el honor de luchar al lado de Inu No Taisho. Aplacando a los rebeldes contra el emperador.

Si alguna vez hubo resentimiento en ambos hermanos, ya estaba superado. Cada uno tenía algo que envidiar al otro.

— Sesshomaru, ¿podemos hablar?

Volvió ligeramente la cabeza para mirar a su madrastra portando una botella de sake en la mano.

Ella se sentó a su lado y sirvió el licor con la elegancia digna de la realeza.

Con un sentimiento de satisfacción, Sesshomaru se llevó el licor a los labios.

— Inuyasha está bien, por si te lo preguntas—. Izayoi lo miró de forma inquisitiva y rápidamente bebió. —¿Tu lo hiciste verdad?—. Y sonrió. —Qué truco tan bajo.

Sesshomaru admitió su culpa sin remordimiento. —Prefiero que se pase toda la noche con esa asquerosa alergia antes de verlo besando a Kagome bajo el cerezo.

— Es la segunda vez que la llamas por su nombre, ¿Desde cuándo te tomas esas libertades?

— Desde que tu hijo decidió coquetear con ella casi enfrente de su prometida.

— Y ella, ¿ha dicho porque está tan interesada en él?

— Tiene la estúpida fantasía de estar enamorada—. Dijo con una voz llena de ironía.

— No lo puedo creer.

— Estoy seguro que alguien le ha dicho que es igual casarse con un rico que con un pobre.

— Higurashi es muy sensato. No creo que él haya hecho eso—. Lady Izayoi se agarró el cuello preocupada. —Confieso que me habría gustado que alguien le hubiese dado una paliza a Inuyasha cuando era niño.

— Tarde para ser cumplida tu petición—. Aunque Sesshomaru también había pensado eso con anterioridad. —Acabar con todo esto significa un acto de…

— Sacrificio. Por tu parte, claro.

— Así es. No se me ocurre alguien más que pudiera hacer este trabajo.

Había notado la facilidad con la que su madrastra se sentía inclinada a sacrificarlo. Tenía la esperanza de que él salvaría el honor de Inuyasha.

Izayoi lo miró fijamente. —Bueno, la señorita Higurashi volvió, y ahora Kikyo está furiosa. A veces, pienso que tú debiste de haberte casado con ella.

— Eso era imposible, lady Kikyo siempre ha sentido afecto por Inuyasha.

— Y también está tu relación con lady Sara.

Sesshomaru se sorprendió. Sara era de los temas que con más discreción manejaba, el único que sabía algo era Inuyasha, por pura y mera casualidad debido a una carta mal entregada.

— ¿Planeas seguir ocultando eso?

Sesshomaru deseó matar a su hermano y su gran boca.

— ¿Te casarás con ella?

En Manos del DestinoWhere stories live. Discover now