En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, donde las rivalidades son intensas y las emociones corren a toda velocidad, Max Verstappen, el apasionado piloto de Red Bull Racing, se enfrenta a su desafío más inesperado. Después de una dolorosa ruptura co...
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Capitulo 5
Perspectiva de Max
La conversación con Christian en el avión había durado unos veinte minutos. Olivia, seguida de Checo y su familia, había bajado del avión antes que yo. La señal de Christian antes de que me levantara del asiento fue clara: un rotundo "cállate y siéntate, tenemos que hablar".
Asentí tras escuchar nuevamente sus palabras.
—Tienes que respetarla, Max. Es una buena chica. Sé un amigo, al menos, no solo la veas como trabajo —Christian estaba evidentemente molesto de alguna manera.
—Es complicado. Ella nunca coopera —negué con fastidio.
Christian bufó, visiblemente frustrado.
—El que nunca coopera eres tú. El fin de semana la trataste estupendamente, pero después la trataste como basura, al punto de no hablarle por quién sabe qué motivo. Se nota que Olivia quiere ser tu amiga, estoy seguro de que te lo ha dicho —sus ojos se encontraron con los míos y me invadió la vergüenza. Tal vez tenía razón, Christian me conocía mejor que mi propia familia para saber cuándo mentía.
—Creo que el hecho de que sea tan parecida a Kelly me está afectando. Lo que pensé que podría ser un reemplazo me está lastimando. Ella no es Kelly, nunca lo será... Pero el fin de semana, se pareció tanto que cuando me di cuenta de que no lo era, me di cuenta de que no he olvidado a Kelly y que tener a alguien tan parecida a ella... —sí, lo sabía, estaba jodido. Olivia no merecía esto, pero así era la vida, te daba lo que no merecías.
Christian suspiró.
—Ella nunca será Kelly, Max. No se parecen en nada, excepto físicamente. Pero Olivia es buena, y mi opinión sobre quien te rompió el corazón por elegir volver con el padre de su hija me la reservo —evitó mi mirada de molestia y luego continuó—. Deja de verla como un reemplazo de Kelly, no lo es y nunca lo será. Te pediría que dejes de tratarla mal. Al final, fuiste tú quien pidió que la contratáramos. Hazte su amigo, conócela. No tienes que forzar un romance, pero conócela, Max.
Sus palabras me hicieron suspirar. Quizás Christian tenía razón. Olivia no era Kelly, nunca lo sería, y jamás podría ser la mitad de lo que era Kelly. Pero era una buena persona, y no debería ser tan complicado ser su amigo, ¿verdad?
Finalmente, Christian se levantó de su asiento, y yo hice lo mismo. Bajamos del avión, y Christian me hizo una señal para que me subiera a la parte trasera de la camioneta Suburban que nos llevaría al hotel.
Sin duda, Olivia había tenido razón al cambiarse antes de llegar a España; el calor era insoportable. Cuando subí, la encontré absorta en su teléfono, mientras Christian ocupaba el asiento del copiloto.
—Tenías razón —dije, y ella no levantó la vista—, Olivia.
Su rostro reflejó sorpresa, y me miró con cierto asombro.
