San es un alfa y cambiaforma tigre blanco, quiere regresarle la luz a su pequeña florecita. Y Wooyoung un cambiaforma hámster el cual niega cada uno de sus sentimientos, ya que piensa que es un omega que no vale la pena.
Pero San se encargará de que...
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Cuando llegó a la habitación y no encontró al paciente se asustó, pero frunció su ceño al leer el nombre de este "Jung Wooyoung" un extraño sentimiento creció y su alerta se activo. Si era la persona que el pensaba debía encontrarlo, lo busco por todos lados hasta que una asustada enfermera aviso lo que sucedía en el techo del hospital.
El alfa corrió lo más que pudo suplicando que todo estuviera bien, cuando llegó al lugar fue en el momento justo, porque aún logro detener al pequeño hombre que estaba a punto de arrojarse al vacío.
—S-san... —la vocecita salió en un pequeño susurro.
El omega veía expectante al alfa que estaba frente a sus ojos, era él, su amigo de la Universidad, aun se miraba un poco diferente pudo reconocer aquellos ojos azules que lo veían con preocupación y al borde de las lágrimas.
—Por los cielos, WooYoung, me diste un gran susto. —el cuerpo de San temblaba, la adrenalina y el miedo aún estaba presente, sostenía a Wooyoung con fuerza con el pensamiento de que casi perdía al omega si no hubiera llegado a tiempo.
San suspiró, tratando de tranquilizarse
—L-lo siento. —su voz salió en un hilo tembloroso. —E-estaba confundido y esto fue lo único que se me ocurrió. —
El alfa se exaltó cuando Wooyoung empezó a llorar de forma desgarradora, mientras que con sus puños apretaba su bata blanca y se aferraba a esta, le dolía verlo de aquella forma, tan frágil e indefenso.
—Pequeño, llora, desahogate. —abrazó el cuerpecito tembloroso. —Todo estará bien. —dejaba palmaditas suaves en la espalda del castañito mientras seguía dando palabras de aliento.
¿Que te hicieron, Youngie?
Ese Wooyoung que esta en sus brazos no era el que conoció hace tres años, su sonrisa había sido borrada, sus ojitos ya no brillaban, en su memoria todavía recordaba a aquel chico extrovertido, sonriente y lleno de vida.
¿Qué había pasado en todo ese tiempo?
¿Quien le habían quitado la luz?
Todas aquellas preguntas pasaban por la mente del pelirrojo.
Luego recordó lo que Yunho había dicho la noche anterior y un profundo enojó creció en su interior, aquel estúpido alfa le había hecho daño a Wooyoung, nunca había confiado en ese hombre.
Cuando el llanto del omega cesó, San tomó el rostro de este y limpio las lágrimas con un pañuelo, le dolía el corazón al ver a Wooyoung en aquel estado, su nariz roja debido al llanto, rostro demacrado y delgado, sus ojitos hinchados y apagados qué reflejaban miedo.
—G-gracias. —Woo al fin habló, su voz se escuchaba congestionada.
—No agradezcas, pequeño. —se levantó y ayudo al omega a ponerse de pie. —Ahora entremos, el clima está frío, recuerda que tienes un cachorrito dentro de ti y debes cuidarte. —
