capítulo O7

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Jeon Jungkook odiaba muchas
cosas del instituto, acabarías antes
haciendo una lista de las cosas que
no odiaba que de las que sí (esa
lista se reducía a un dulce omega
llamado Park Jimin), pero, lo que
menos soportaba, era la clase de
educación física. No es que fuera
malo en los deportes, el baloncesto
era su pasión, el problema eran sus
insufribles compañeros de clase.

Nunca se habría planteado asistir
a una sola clase de gimnasia, si
no fuera porque Jimin también
estaba allí, y a la lista de numerosas
cualidades que hacían al omega
un ser perfecto, había que sumarle
que era todo un portento físico.
Jungkook le pasaba por más de una
cabeza, al igual que la mayoría
de alfas del lugar, pero su altura
no impedía que tuviera el mejor
cuerpo de todo el centro.Y
posiblemente de toda la maldita
Seúl, joder. Jungkook pretendía ser
sutil mientras devoraba con la
mirada las trabajadas piernas del
omega, sus muslos gruesos hasta
llegar finalmente al redondeado
culo, el que, junto a su sonrisa,
era posiblemente el protagonista
más recurrente de todos sus
sueños. Después de correr, el
pelo de Jimin siempre era un
desastre, y pequeñas gotas de
sudor se deslizaban cuello abajo
hasta terminar en sus perfiladas
clavículas. Aquello debía ser el
paraíso para Jungkook, de no ser
porque una docena más de alfas
y algún que otro beta indiscreto
contemplaban al omega como si
quisieran arrancarle la ropa en
mitad del campo, a su omega.
Jungkook gruñó, podría arrancarles
la cabeza a todos esos estúpidos
niñatos sobre-hormonados.
Sus puños se cerraron
automáticamente y su mandíbula
se apretó hasta el punto en el que
sintió sus dientes rechinar.¡Hasta el
maldito profesor lo estaba mirando!
Jimin pasó una mano por su pelo,
echándolo hacia atrás y le sonrió
ampliamente a Taehyung, que
correteaba a su alrededor como
de costumbre. Un jadeo colectivo
partió el silencio entre el público de
aquel celestial espectáculo. Jungkook
no aguantó más.

Con paso decidido atravesó el
gimnasio hasta llegar al chico que
estaba despertando de manera
inconsciente el deseo de toda la
clase, aunque pronto se arrepintió.
Solo había avanzado un par de
pasos cuando un potente olor a
caramelo le arrolló haciéndole
tambalear. El aroma de Jimin
se había intensificado a niveles
inimaginables después de una
hora de extenuante ejercicio, y
aquella dulce oleada penetró en
su organismo mandando todo su
poder de raciocinio a un oscuro
lugar de su mente. Aceleró el paso
hasta llegar junto a los dos amigos,
Taehyung le observaba con el
ceño fruncido y Jimin le recibió
con una amplia sonrisa de ojos
desvanecidos.

- Tenemos que hablar, sobre el
trabajo.

Señoras y señores, la peor excusa
de la historia. Su cara de infinita
ira reprimida no ayudaba a hacerla
más creíble.

- Claro, ¿está bien? - Preguntó Jimin
dudoso.

- Sí, ven conmigo.

Y, sin esperar respuesta, le tomó de
la muñeca y tiró de él. No le hizo
caso a los gritos de Taehyung, ni
a la voz de su cabeza que le decía
que se estaba comportando como
un cavernícola con Jimin, solo se
dejaba guiar por su alfa interior y
por la cálida sensación que recorría
su brazo al tocar a Jimin. El omega
no opuso resistencia y se dejó guiar
hasta los vestuarios.

- ¿Qué pasa, hyung?

Lejos de estar asustado, sonaba
preocupado. Jungkook quería
responder a sus dudas, pero antes
necesitaba recobrar la compostura.
Realmente no había pensado bien
lo que estaba haciendo, se había
encerrado en una habitación con la
única persona que podía volverle
completamente loco y con su
aroma envolviéndolo todo. Estaba a
un paso de abalanzarse sobre él.

- Hyung…

Jimin dio un paso hacia el alfa y
colocó la mano en su mejilla. El
cuerpo del contrario se paralizó
al instante. El dejó escapar un
pequeño suspiro, como todas
las veces que había mantenido
contacto físico con Jungkook, un
agradable cosquilleo recorrió su
columna vertebral.

- Jimin. - La voz de Jungkook salió
como un gruñido mientras daba un
paso más cerca del omega, apenas
unos centímetros los separaban. -
Deberías ser más cuidadoso.

- ¿A qué se refiere?

- Estás en una habitación cerrada
con un alfa que está a punto de
volverse loco por tu aroma y tú
simplemente te acercas a él y
le acaricias la mejilla, siendo la
persona más dulce del jodido
planeta. ¿No eres consciente del
peligro?

Jimin quedó paralizado, con la
mano aún en la mejilla de Jungkook.
No sabía qué decir. De pronto,
fue plenamente consciente de la
situación. Aquel imponente alfa
estaba a apenas unos centímetros
de su cuerpo, alzándose firme y
siendo tan malditamente atractivo
como siempre. Tomó una profunda
bocanada de aire y un masculino
olor con matices de petricor
penetró en lo más profundo de su
organismo. Un tembloroso suspiro
escapó de sus labios, y cubrió su
boca con una mnano avergonzado,
retirándola al fin de la mejilla de
Jungkook. ¿Qué estaba pasando y
por qué no podía controlar las
reacciones de su propio cuerpo?

-Sé que eres demasiado inocente
como para hacerlo a propósito,
pero allá fuera, todos esos alfas te
estaban mirando como si quisiera
comerte y tú no te dabas cuenta.
¿No lo entiendes, Jimin? Eres
demasiado irresistible, todo el
mundo pierde el control a tu lado.
- Habló con la desesperación y la
impotencia tomando su voz.

- ¿Usted también, hyung? -
Preguntó Jimin suavemente.

Jungkook le miró con sus negras
pupilas cargadas de una intensidad
arrolladora.

- Sobretodo yo. No pienso dejar que
ninguno de esos alfas babosos te
pongan un solo dedo encima.

Aquello sonó como una indirecta
amenaza a todo el que se atreviera
a intentar algo con Jimin, pero
al omega no le molestó, poco le
importaban en ese momento las
personas que no fueran Jeon
Jungkook y sus serios ojos negros.

- ¿Está preocupado por mí? -
Preguntó Jimin con una suave
sonrisa.

- Mucho.

Jungkook sonrió también, sabía que
cumpliría su palabra, nadie tocaría
al omega, aunque él tampoco
pudiera hacerlo.

- Volvamos, antes de que el señor
Kang venga a buscarnos.

Necesitó hacer uso de toda su
fuerza de voluntad para pronunciar
esas palabras, pero la atmósfera de
tensión había desaparecido y solo
quedaba la dulce sonrisa de Jimin y
la convicción de Jungkook.

Cuando salieron, ambos estaban
demasiado concentrados en sus
pensamientos como para darse
cuenta de que toda la clase les
miraba boquiabiertos.


intocable ꪆ᥀ kookminWhere stories live. Discover now