Capítulo 2: El tío Daemon.

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El tío Daemon❞


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El Rey Jaehaerys había muerto, el siguiente Rey sería Viserys. Rhaenys había tenido una hija con Corlys en un intento de mejorar las cosas, él nunca cambió. Rhaenys se había fallado así misma creyendo las palabras de su esposo "ya no lo volveré a hacer, lo prometo"

Las discusiones aumentaron y una noche Rhaenys, harta de su esposo y de las preferencias con sus hijos. Tomó a Maelys y a sus hijos, montó su dragón y se fue a King's Landing.

-Su gracias-lo llamo Ser Harrold-. La princesa Rhaenys llegó en su dragón con los niños.

-Recibanla-le dijo Viserys, Ser Harrold asintió y salió de la habitación.

-¿Por qué crees que va a venir?-preguntó Viserys a su esposa.

-Corlys.

Aemma y Rhaenys habían compartido cartas y en ellas la princesa había contado lo molesta que se sentía al saber que su esposo tratara de forma diferente a sus hijos. Aemma había hablado con Viserys y dijo que él tomaría cartas en el asunto, pero al parecer su prima las tomó antes.

-¿Ella vino por eso, verdad?

-Si-afirmo Aemma-. Una madre siempre pone a sus hijos ante todo y Rhaenys ya no se iba a quedar de brazos cruzados. ¿Corlys es tan ciego que no lo ve? Aemon no heredó rasgos valyrios porque los genes Baratheon fueron más fuertes. Y él sigue llamando Aemon bastardo, él lo sabe, muy en el fondo sabe que Aemon es su hijo.

Aemma se preparó para recibir a su prima y sus hijos. Rhaenyra quien era una pequeña bebé seguía dormida, Aemma se acercó con cuidado y le dió un beso en la frente. Su pequeña y dulce niña estaba con ella, Rhaenyra era su única hija. Aemma había sufrido varios abortos a lo largo de su matrimonio con Viserys, habia perdido muchos hijos, pero desde que Rhaenyra nació les dió una pequeña esperanza.

La pequeña niña era consentida y mimada por todos. Ser Harrold era su espada jurada y en algún momento fue el hombre quien vio llorar por la muerte de sus hijos, "No pierda la esperanza mi Reina, algún día tendrá a un hijo sano y usted podrá verlo crecer"

Años después ahora estaba con ella, su dulce Rhaenyra al fin estaba con ella. Ser Harrold iba a su lado, el hombre podía verse serio, pero la reina y su dulce princesa podían ablandar su corazón.

-Estoy nerviosa, Ser Harrold-mencionó la reina.

-¿Por qué mi reina?

-Por Rhaenys-admitió Aemma triste-. Aemon sufre por culpa de Corlys, es un niño pequeño, pero él sabe y siente lo que su padre le hace.

-Lord Corlys es un pésimo hombre, por no darse cuenta a la mujer que tiene a su lado y por lastimar al pequeño Aemon. Él siempre va a crecer con el rechazo de su padre.

Antes de que Aemma dijera algo más, se escuchó un gran ruido. Ser Harrold puso detrás de él a la Reina y Rhaenyra, sacó su espada y esperó a que saliera el causante del ruido.

Daemon Targaryen venía corriendo a toda prisa, pero al ver a su cuñada y sobrina se detuvo. El aire regresó a sus pulmones y pudo tomar un descanso.

-¡Por los dioses, Daemon nos metiste un susto!-le dijo Aemma.

-Disculpa-le dijo llegando a su lado, Ser Harrold guardó su espada, pero miró a la reina. Ella asintió y siguieron caminando ahora con Daemon a su lado.

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