Los intereses de Harry

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El siguiente capítulo es bastante largo y lo siento por ello, quería abordar muchas cosas aquí.

Por cierto, no me he leído el Gran Gatsby ni me he terminado los libros originales así que si ven discordancias con el canon disculpen por ello.

...

Después de la caída de Voldemort, Harry pensó que por fin su vida sería solo suya, que a partir de ahí sólo habría felicidad y tranquilidad, simplemente las cosas se irían acomodando en su lugar.

Pero por supuesto, no fue así.

Una infancia abusiva, años de correr riesgos, la muerte de seres queridos, eventos que te hacen cargar con la culpa, la forma en la que te criaron (si es que se cuenta como crianza), la falta de padres, enfrentarse a la vida adulta...

Si, Harry no está precisamente bien.

"No hagas preguntas", "No hagas ruido", "No hagas nada extraño", "No llores", "No grites", "No reclames".

Harry nunca fue bueno con sus emociones, Dumbledore solía decir que siempre iba con el corazón en la mano, Hermione le decía que era impulsivo y Ron pensaba que era mejor actuando bajo presión.

Por eso y muchas otras cosas, Harry decidió que era mejor ignorar el gran paquete emocional dentro de él para evitar que su anhelada libertad fuera tragada por el agujero en su corazón.

Durante los siguientes siete años estuvo trabajando diligentemente en lo que mejor sabía hacer: ayudar a los demás. No le gustaba para nada el título de "Salvador del mundo mágico", le incomodaba, como si hacer lo correcto fuera algo de lo que enorgullece en vez de la maldita regla, pero simplemente aprendió que en el injusto mundo en el que vive todo está de cabeza y las cosas que él siente que son correctas son vistas como heroísmo.

Las pocas veces que Harry vivió para sí mismo fue pasar tiempo con Ginny, con sus mejores amigos o con Teddy, de resto, la vida de Harry era para el mundo que le había dado luz a los 11 años, nada más, nada menos.

Hasta que se reencontró con Draco Malfoy.

A Draco le gustaban las películas, el teatro, la ópera, el arte abstracto, los libros de romance y ciencia ficción, las artesanías, la comida francesa e italiana, los postres amargos, las frutas cítricas, las fragancias delicadas, la ropa de colores sobrios.

Draco tenía unos gustos... definidos.

Desde la noche en el que ambos se empezaron a llamar por sus nombres fue como abrir una ventana para que Draco lo llevara de la mano hacia un recorrido completo de lo que eran sus gustos. Le enseñó tantas cosas muggle que en su momento Harry no llegó a conocer y lo hizo experimentar tantas actividades nuevas que lo hizo sentir como volver a entrar en un mundo diferente.

—Mira, que novedad—Comentó Draco con El Profeta en la mano y un té en la otra—Eres noticia.

—Deja de leer esa basura—Responde con Hécate a sus pies, pidiendo que le acaricie la panza, cosa que Harry hace con gusto pues su pelaje es realmente suave—todo lo que dice es incorrecto, dudoso o exagerado.

—Potter, no es como que tenga otra forma de enterarme de las novedades en el mundo mágico ya que actualmente no me relaciono con nadie ahí.

—Te relacionas conmigo, y otra vez, dime Harry.

—Bien, Harry, tu no cuentas ya que la mitad del tiempo la noticia eres tú.—Harry exhala aire totalmente aburrido.

—¿Y hoy de qué se trata la maldita noticia?

El enigma en el que te has convertido| DrarryΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα