Enshire - Larry Stylinson (Traducción)

VIII

Con una sonrisa en los labios, Louis despierta con la respiración de su pareja contra su pecho, dormido y sin duda la mayor creación de la diosa. Todavía al borde del despertar, los dedos de Louis encuentran su camino hacia el cabello de Harry como lo han hecho durante el último medio año, cardando los rizos bulliciosos mientras vela el rostro del chico dormido.

Su corazón se rompe cuando el omega se estremece y se acurruca más contra Louis, su piel caliente contra la de Louis y una fina capa de sudor brillando sobre su desnudez. Harry no se ha sentido bien desde su último celo, la debilidad golpeaba al pobre sin piedad. Louis lo ha sorprendido casi cayendo sin sentido por un puñado de veces, y a pesar de las súplicas de Louis para que lo revise el médico real, el chico con rizos se ha negado a hacerlo, culpando de su debilidad a Louis por hacer el amor tan feroz desde que su calor lo llevó a la rutina del alfa.

Con un suspiro lastimero, se ayuda a sí mismo a salir de la cama, lo suficientemente cuidadoso para no despertar al chico, coloca otra manta sobre él y camina hacia el retrete mientras se pone la bata. Se burla del agua helada, el invierno sigue condenando a toda Enshire.

Los inviernos siempre han sido una bestia para la gente de Enshire, tomando más de la mitad de los días del año y tragando cualquier forma de calor. En su penumbra, el invierno es como una estela prolongada de un verano que no verán durante meses, la nevada chirriante y los cultivos moribundos es todo lo que queda de la gente.

Yenshai, al estar más al norte que Chambriath, ha sido un cambio cruel para el omega. El frío en Yenshai es más duro que en el resto de Enshire, pero más tranquilo que en el resto del norte de Enshire. Louis generalmente encuentra al omega acurrucado en su nido con un libro o frente a un fuego encendido, incluso conversando o echando una mano a los sirvientes en la cocina a veces. Es muy consciente de que los omegas no son tan bendecidos con el calor corporal como los alfas y no pierde ni un momento para abrazar a Harry cuando lo necesita.

Secándose la piel con el suave algodón, regresa a su habitación, sonriendo al omega sentado en su cama. Se ve adorable, el cabello desordenado como plumas y las mejillas teñidas por la crueldad del invierno. Los ojos perdidos que todavía llevan el sueño descansan sobre Louis, los labios regordetes pero secos forman una sonrisa débil antes de que el omega respire al azar.

El corazón de Louis cae, corriendo hacia su pareja, sintiendo el dolor de Harry él mismo, su vínculo doliendo mientras Harry tose impetuosamente, manos enervadas agarrando las mantas más cerca de él. "Tengo frío", dice, sollozando ahora mientras los brazos de Louis se envuelven alrededor de él, lloriqueando en el cuello de Louis.

"Shh, cariño, estoy aquí ahora", Louis acaricia su cabello, meciéndolo de un lado a otro mientras el omega se derrite en el toque. El sol se filtra a través de las cortinas, el ligero ajetreo de su hogar llega a sus oídos mientras Harry continúa respirando profundamente, aferrándose a la bata de Louis. "Eso es todo. Escribiré para un médico en este caso. No escucharé una palabra más tuya".

"Lou, por favor, te lo ruego. Tienes mi palabra de que una vez que el Conde de Irknair y Zayn se vayan de su visita, seré yo quien te lo recuerde", suplica Harry, con ojos esperanzados mientras se ahogan en los de Louis. Una mirada adecuada a él y Louis puede ver lo fatigado que está Harry; sus ojos mundanos y la piel pálida, los labios carnosos y privados de su suavidad habitual. Louis casi contempla cancelar la visita, deseando que el omega descanse, pero tal vez sea mejor para Harry estar cerca de alguien que conoce, alguien a quien adora. Ese alguien es Zayn Malik, el duque de Rineroad.

"Está bien", exhala, derrotado mientras su mano toma la mejilla de Harry, el más joven de los dos suspira ante el toque y cierra los ojos. "Yo solo, mi corazón no puede soportar la idea de que te suceda algo malo, dulzura. El dolor que siento al verte sufrir no es algo que pueda expresar con palabras. Dame tu palabra de que en el momento en que sientas incluso lo más mínimo un poco de inquietud, me llamarás".