Katsuki tiene la imperiosa necesidad de cerrar la puerta de su casa al ver a Izuku ahí, esperándolo en la acera.
Sin Denki.
Él sabía acerca de la salida a la sala de juegos el fin de semana. Mina había organizado la cita a la que Denki puso muy poca renuencia ; toda la tarde se había mantenido al tanto de la conversación de sus amigos en el grupo que compartían. Admite que su humor no fue el mejor mientras leía. El día entero, ciertamente. Culpa al instinto de hacerle pelear con todos en casa y surgir en él un llamado de lucha contra Denki.
Una ira sinigual se instaló en él durante largas horas, misma que no le permitió seguir al pendiente de las actualizaciones de sus amigos. Ahora, viendo al omega completamente solo, puede deducir que el plan terminó en algo infructuoso. Sin poder evitarlo, la palabra Rechazo cobra vida en sus pensamientos y su alfa interior se yergue victorioso ante la caída de su amigo.
No obstante, su lado racional, ruge de rabia al comprender que los días de caminar junto al omega regresarán.
—H-Hola.
Katsuki chasquea y pasa de largo, Izuku le sigue caminando detrás.
No hay más contacto que el que hicieron sus ojos al inicio de su trayecto y, aun así, Katsuki es capaz de sentir su nerviosismo, las malditas feromonas del omega revolotean intensas, siendo guiadas por la dirección del viento hacia él.
Resopla fuerte cada que puede, buscando deshacerse de ellas.
Adentrarse en la avenida principal alivia un poco aquello, pues el smog de la ciudad junto a las feromonas de alfas transitando, ayuda a paliar la molestia.
Finalmente, antes de que ingrese a su escuela, Izuku lo detiene.
—¡E-Espera! —Corre quedando delante suyo.
Katsuki frunce el ceño, observándole.
—Hay algo.... —El omega comienza su diatriba, nervioso—. Pasó algo...—Baja baja la mirada, como si dudara, y juega con sus manos—. M-Me... besé con Denki.
Silencio.
En el estómago de Katsuki se forma una presión similar al día de la cita de esos dos. La rabia recorre su cuerpo, se instala en sus extremidades junto a una necesidad maligna de querer desfogar todo. Con Denki. Con Izuku. Porque las palabras usadas no fueron "Me besó..." sino, "Me besé..."
Maldito instinto.
Cierra los puños. Respira hondo.
—¿Y? —responde tan neutral como puede.
Izuku cambia el gesto a uno confuso.
Katsuki exhala fuerte por la nariz y la boca entreabierta. Retoma el paso, dejando a Izuku atrás.
—¿No vas a decir nada? —dice atónito el omega—. ¿Cómo puedes actuar de esa manera? ¡Somos predestinados! —grita, sin importar captar la atención del resto de los alumnos que vienen llegando.
Katsuki gira rápido, la molestia borbotea por encima de su piel. Puede controlar el instinto hasta cierto grado, pero es cuando su lado racional se une a este, que todo está perdido. Se acerca y le coge el rostro con fuerza por la mandíbula. Izuku se queja, sujetándole el brazo.
—No vuelvas a gritar esa mierda acá —masculla agresivo—. Por mi, Denki o cualquier alfa puede hacer lo que quiera contigo.
Entonces le suelta, brusco, empujándole la cara y sale tan rápido como puede.
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El instante preciso
FanfictionKatsuki es un alfa huraño, detesta el mundo de los olores, el instinto y, sobre todo, a los omegas. Para su mala fortuna, encuentra a su predestinado en un mundo donde son estos los que llevan el mando. E Izuku no está dispuesto a dejar atrás a su...