II

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Levantó las rejas de pesado metal que protegían la tienda, abriendo todo con habilidad rutinaria y encendió las luces apenas entró, dando un chequeo rápido. Cerró la puerta con seguro, aún no era tiempo de abrir, pero había ido más temprano de lo usual, tenía que recibir un pedido esa mañana.

Mantuvo las cortinas pesadas cerradas por el momento, entrando a la tras tienda donde había una pequeña cocina entre otras cosas. Un café le vendría bien, se había levantado lo suficientemente temprano como para que su cerebro no procesara sus necesidades y claramente desayunar no era un esfuerzo que estaba dispuesto a realizar.

- No creo que funcione. - se quejó sonoramente asomando la cabeza en el pequeño refrigerador que había allí y viendo una banana demasiado oscura allá, junto con unas latas de cerveza.

El café caliente no abundaba tampoco y el té no se vería por su lugar. Inmundicia.

Se recargó contra el mueble y suspiró aceptando su derrota sin dar batalla alguna. Salió de la cocina apagando la luz detrás de él, ignorando el cosquilleo molesto de sus tripas, sabiendo que si seguían corriendo los minutos, se haría peor.

Crowley no comía demasiado la verdad, lo necesario para existir y tener energía, pero siempre ha sido descuidado y a sus ya tantos años no pensaba cambiar eso.

- Demasiado tarde. - repitió, como siempre respondía cuando alguien le señalaba aquello.

Se ató el cabello mientras recorría la tienda, inspeccionando que todo estuviera bien, moviendo algunas cosas de aquí a allá, regando las plantas que decoraban el lugar, dándole un punto verde y realmente fresco al sitio.

En algún momento abrió las cortinas, pero dejó la puerta con seguro y el letrero neón de "Open" apagado, al igual que el estandarte de la tienda. Nadie compra discos a las 08:00 am.

No pasó mucho hasta que el camión de correo llegó, haciendo que salga a recibir al cartero. Apenas salió sintió el frío en su cuerpo, a esa hora en la ciudad el viento helado te sacudía y él solo estaba siendo abrazado por un suéter, rojo oscuro ya apagado y desgastado, pero realmente cómodo, suave y grande. Junto con un simple jean que no ayudaba, ya que era de tela pesada pero no gruesa precisamente.

- Firme aquí, por favor. - Le indicó el hombre una vez que ya tuvo el paquete en mano.

Crowley se despidió cuando apenas la transacción acabó. Iba a entrar otra vez, pero al levantar la vista vio del otro lado de la calle las luces encendidas de la pastelería. Heavens era muy pintoresca, muy colores pasteles, muy molduras curvas algo anticuadas pero muy elegante, muy burguesa.

- Aristócratas. - masculló mirando el frente en colores azules pastel y como una mujer salió de allí luego de comprar alguna pieza azucarada.

Jamás había cruzado la calle en dirección a Heavens, de hecho casi había olvidado su existencia, si no fuera por el encuentro fugaz que había tenido con el aparente dueño del local, una experiencia interesante desde su punto de vista. Ese hombre, le parecía más apetecible que cualquiera de los postres que se veían desde la vidriera.

Estaba perdido en su mente, divagando como siempre cuando una cabeza rizada y esponjosa como merengue, se asomo en su campo de visión. Aziraphale sacudió su mano en su dirección en forma de saludo, a lo cual el pelirrojo respondió de la misma forma.

El panadero, observó al dueño de la tienda vecina desde el mostrador, mientras empacaba unas galletas en una bolsa para un cliente que aguardaba. El hombre del otro lado de la calle parecía agotado, notaba sus ojeras desde allí, tenía una coleta desordenada y una expresión cansada.

cakes 'n' chords // good omens AUWhere stories live. Discover now