27. La complicidad

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La complicidad es tanta
Que nuestras vibraciones se complementan
Lo que tienes me hace falta
Y lo que tengo te hace ser más completa
La afinidad es tanta
Miro a tus ojos y ya sé lo que piensas
Te quiero porque eres tantas

Harry estaba terminando su primer trimestre de embarazo, su pancita ya se notaba un poco abultada, amaba con locura observarse frente al espejo, ver como su piel se iba estirando poco a poco

Amaba cuando por la noche Louis media con sus manos su pancita, diciéndole cuanto había crecido, era como una adicción para el alfa, también procuraban hablarle todo el tiempo, sus canales auditivos ya estaban desarrollados, así que en cada momento del día mantenían pequeñas conversaciones con su pequeña manchita

Los vómitos matutinos y mareos fueron un caos

Pero para el alfa, ya que fue él quien los sufrió, la única explicación que les dio el médico fue que, el lobo de Louis no quería hacer pasar ningún malestar a su omega, tomando todos los síntomas poco agradables para sufrirlos él en su lugar, dejándolo que disfrutara su embarazo lo más posible 

Harry se encontraba ahora dormido en el sillón que su alfa le había acomodado la noche anterior, estiro sus extremidades y su ceño se frunció al sentir las sabanas frías, tanteo con su mano tan solo para confirmar que estaba solo, su boca se formo en un puchero, con mucho pesar abrió sus ojos y busco con la mirada a su alfa, tan solo para afirmar lo que ya sabía, no estaba

Sin poder evitarlo, sus ojos se aguaron y comenzó a llorar,  se sentía desprotegido, no estaba en su nido, no estaba su alfa, se encontraba solo en donde cualquiera podía entrar y hacerle daño, inconscientemente comenzó a llamar a su alfa

Un Louis muy agitado entro por la puerta y se lanzó sobre él, sosteniendo su rostro entre sus manos, buscando que estuviera bien, volteo a ver todo su alrededor, buscando que es lo que había asustado así a su omega 

—Omega, ¿que pasa? ¿el bebé esta bien?— sus manos inmediatamente viajaron a la pancita de su rizado, incluso inhaló un poco más, tan solo para oler a su cachorro

—Te fuiste— sollozó— no estabas aquí y cualquier cosa podía pasarnos, no estabas y nos dejaste a la intemperie

Basto con que Louis lo viera a los ojos para saber que era Sunna quien controlaba, su omega en su estado más puro, se quería golpear por haber dejado que se sintiera de esa manera, pero realmente pensó que regresaría antes de que despertara

—Oh amor, jamás te dejaría a la intemperie, mira a tu alrededor, este es nuestro hogar, nadie podría entrar aquí, salí porque antes de dormirte me pediste frambuesas, fui al supermercado a conseguirlas, perdóname mi pequeño sol, pensé que llegaría antes de que abrieras tus lindos ojos — lo abrazó fuertemente contra su cuerpo, frotando su nariz sobre su marca y dando pequeños besos, llenándolo con su aroma para tranquilizarlo, lamió su marca hasta que el rizado estuvo totalmente relajado entre sus brazos

  —No lo hagas otra vez— pidió con un puchero

—No lo haré mi amor, te lo prometo— lo tomó por el mentón y beso castamente sus labios

—Dijiste que traías frambuesas— susurró con una sonrisa

Louis rió y asintió— Iré por ellas, espérame aquí amor

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Harry recién había cumplido los 5 meses de embarazo, estaba un poco preocupado porque según estuvo leyendo, ya habrían tenido que sentir sus pequeños movimientos, pero apenas sentía él pequeños aleteos, deseaba que Louis pudiera sentirlos de igual manera 

𝗝𝘂𝘀𝘁 𝗯𝗲𝘀𝘁 𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱𝘀❔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora