Milk - Amos

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Tomo a Faith de la mano cuando salimos de la casa grande y nos dirigimos al granero, y ella sonríe mientras se acurruca cerca de mí. 

 Anoche no quería perderla de vista, pero sabía que necesitaba descansar y tenía un plan. Estaba muy cansada y, después de ponerle un poco de melatonina en el té, supe que no se despertaría enseguida. Entré en su habitación a medianoche, cuando estaba profundamente dormida, y aparté las sábanas. Le dije que no se pusiera más bragas, y obedeció como un dulce ángel. 

 Me desabroché el overol, me lo bajé lo justo para poder sacar la polla y me subí encima de ella. Abrió las piernas como si me estuviera esperando y empujé un poco en su abertura. Fue suficiente para sentir su calor húmedo en mi polla mientras le subía el camisón hasta arriba. 

 Mi boca se dirigió directamente a sus tetas lechosas y bebí hasta hartarme mientras la follaba. Estaba profundamente dormida todo el tiempo, y gruñí cuando me corrí. Mi semen se esparció por todo su coño y entre sus muslos. Hice un desastre, pero al verla cubierta de semen me dieron ganas de volver a hacerlo.

 Cuando terminé, me abroché el overol y la limpié con mi camisa. Luego le puse el camisón en su sitio y volví a arroparla. Se durmió todo el rato y conseguí lo que quería. Esta mañana he ido a verla antes de ir al establo. Le di un beso en la frente y le metí la mano entre las piernas para ver si seguía mojada. Lo estaba, y he estado esperando toda la mañana para correrme. 

— ¿Me vas a explicar cómo se hace, tío Amos? — me pregunta cuando entramos en el establo. 

 —Sí, te lo voy a enseñar, corderita. Ponte ahí, en el granero, y ponte de rodillas. 

 Prácticamente salta cuando entra en el granero y camina hacia donde está el heno. Mira a su alrededor y, cuando entro tras ella, se pone de rodillas y me sonríe expectante.

 —Estás muy linda así. — Me acerco y le acaricio la barbilla antes de frotarle el labio inferior con el pulgar. —Te voy a meter la polla en la boca y quiero que me la chupes. ¿Me oyes? 

 —Sí, señor. — dice y asiente. 

 Me desabrocho el overol y me lo bajo hasta los muslos. Mi polla salta entre nosotros y sus ojos se abren de sorpresa y puede que incluso un poco de miedo. 

 —No pasa nada; tomarás lo que puedas. — le digo, y asiente antes de tragar saliva. —Abre.

 Agarro la base y aprieto porque no quiero correrme demasiado rápido. Luego se la acerco a la cara y ella la agarra con las dos manos. Mi polla es larga y gruesa, y sus manos apenas pueden rodearla mientras se la lleva a los labios. 

 —Eso es, lame la cabeza. — Mis muslos se tensan cuando saca la lengua y siento cómo me lame como si fuera un helado. —Respira por la nariz. — le digo mientras le pongo la mano en la nuca y me hundo junto a sus labios carnosos. 

 Toma lo que puede mientras yo le agarro la trenza y la mantengo firme. No quiero que se ahogue, así que no la dejo hacerlo demasiado rápido.

 —Mira lo bonita que estás con la boca llena de polla. — Le paso un dedo por la mejilla y me mira. —Una cosa muy bonita. 

Leche para mi tío de Ar Taboo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora