Los miedos se hacen más fuertes a medida que pasa el tiempo. Algunos dicen que los superas, pero en mi caso simplemente los cubría con otras memorias. Pero en algún punto de la vida todas esas cosas vuelven a aparecer.
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Seguía procesando las palabras que Eddie había dicho en su último día en el hospital, intentaba procesar lo que ya era una realidad. Eddie había tomado una decisión tal vez apresurada, pero al parecer no quería dejar ese asunto para mas tiempo. Ahora yo era la tutora legal de Christopher en caso de que Eddie tuviera un final nada agradable, espero que eso jamás pase. Pero ya era una realidad de la que no podía escapar, él había tomado esa decisión, aunque sin consultarme y yo, aunque me negué en un comienzo, estaría ahí para poder apoyarlo.
— Por favor, Eddie... necesito que te sientes y descanses.
— No voy a descansar, me voy a recuperar y volveré a trabajar.
— Edmundo Diaz... te sientas ahora, hablo en serio. No me hagas repetirlo. Dios eres tan terco.
— Ven... -Extendió su mano llevándome con el hacia el sofá. – Pensaste lo que hablamos.
— Eddie no vas a morir y yo no me convertiré en tutora de Chris.
— No sabemos lo que puede pasar. – Suspire con pesadez mientras veía hacia un costado. – hey necesito que hagas esto por mi CJ... - asentí con un movimiento de cabeza. – gracias. Ahora, quiero que conozcas a mi familia, ya conocía a la tuya y yo quiero que conozcas a la mía.
— Está bien. – bese sus labios un par de veces. – te amo.
— Y yo a ti. No es gracioso, pero ahora compartimos cicatrices de disparos. – Le di golpe en su brazo ante esa mala broma. – A...auch...
— No te quejes Eddie. Que tonto eres. Además, no es lo mismo, en ese entonces tu no estabas enamorado de mi así que no sufriste.
— Pero si me gustabas. – Beso mis mejillas. - ¿Volverás a vivir con nosotros?
— No, mira. Te amo y vamos a intentarlo de nuevo, pero no voy a vender mi casa otra vez y arriesgarme a que tu vuelvas a querer terminar conmigo y yo quede a la deriva sin saber que hacer con mi vida. No correré ese riesgo de nuevo Eddie.
— Si entiendo y tienes razón. Pero no te dejaré ir tan fácilmente de mi lado. No esta vez, no voy a cometer ese error dos veces y dejar que te vayas con ese chico con cara de modelo.
— Andrei es un amigo. Él y yo jamás hicimos nada. Pero reconoce que sentiste muchos celos.
— Jamás reconoceré tal cosa.
— Entonces si los sentiste.
¿Podrían ser las cosas diferentes esta vez? Tenía la esperanza de que esta vez no dudará de sus sentimientos hacia mí, que al conocer a otras personas su corazón siguiera perteneciéndome a mí y solo a mí. Me quede junto a él un rato más asegurándome de que no hiciera mayores esfuerzos, pero con lo terco que es seguramente seguirá haciendo demasiados esfuerzos para ganarse de nuevo mi confianza y yo personalmente deseo poder confiar de nuevo en él y que las cosas vuelvan a ser como eran antes. Yo necesitaba que las cosas fueran como antes.
