5. Siempre me has gustado

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Rivers podría ser algo gruñona y rebelde, pero de los hermanos Luzuriaga, era la más responsable.

Se levantó como cada mañana, horas antes de tener que salir de casa para la escuela, lavó su cara y dientes y se sentó frente al espejo para maquillarse, frunciendo el ceño al no encontrar algo en su estuche...

Se puso su impecable uniforme, arregló su cabello y bajó a preparar el desayuno.

El desayuno para ella y su inquieto, flojo y distraído hermano mayor...

—¡Buenos días dormilona!

Por eso al ver a Roier, ya listo para salir y con el desayuno sobre la mesa, Rivers pensó que seguía soñando.

Y no solo eso, el chico además se veía bastante diferente a sus ojos, su cabello usualmente despeinado estaba sujeto por una bandana azul y ligeramente estilizado, por una vez en la vida su uniforme no estaba arrugado y lo usaba correctamente, sin arremangar y sin botones abiertos...

Y espera... ¿era eso en sus ojos delineado negro? Ahora sabía porque no lo encontraba esta mañana...

Quizas se lo dejaría, le quedaba bastante bien.

—¿Y ahora que mosco te picó?

—Ay Rivers, tampoco seas exagerada —Roier le contestó con una sonrisa mientras encendía el televisor —¡Shhh! ¡Que ya van a dar el horóscopo!

—Tu ni crees en esas mamadas, Roier —contestó Rivers sentandose a la mesa.

—¡Shhhh! ¡Sigo yo!

"Leo. Hoy es tu día de suerte. Las energías cósmicas están alineadas a tu favor. Si tienes una persona especial que te guste, es el momento perfecto para declararte. Las estrellas están de tu lado en asuntos del amor. ¡No temas y sigue tu corazón!

—¡A HUEVO! —Roier celebró sonoramente para segundos después comenzar a ahogarse por no masticar bien.

—Aaah... —Rivers enseguida entendió todo, con una sonrisa alcanzó un vaso de jugo para su bobo hermano—, toma, no querrás morir antes de hacerlo, ¿verdad? Suerte...

Igual no la necesitaba.

Solo un idiota no vería que Roier y Spreen se querían mutuamente.

Excepto los mismos Roier y Spreen, claro estaba.

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Al salir de casa esa mañana, Mariana y Aldo lo esperaban, preguntandose a que se debía ese mensaje de anoche pidiéndoles ir juntos a la escuela por "una emergencia de amor".

—Pero bueno, papu, ¿y esto? —Aldo lo miraba de arriba a abajo sonriendo.

—Roier... ¿estás intentando seducirme? —agregó Mariana en tono de broma.

Roier rió contento.

—¡Hoy es el día! Hoy Leo tiene suerte en el amor y como pueden ver elevé mi encanto natural en un 300% —dió una coqueta vuelta sobre sí mismo—¡Hoy el pinche Spreen no tiene escapatoria!

Tan pronto gritó esto último, Roier cubrió su boca con ambas manos volteando a casa de Spreen a ver si no había arruinado su declaración.

Los chicos frente suyo rieron a carcajadas, pronto tomándolo cada uno de un brazo y arrastrarlo camino a la escuela.

—Vamos mi eminencia, eres un chingón, ¡hoy sales con novio!

—Exacto, ¡y nada de retractarse! ¡Ese Spreen no va a saber ni qué lo golpeó!

Práctica de Confesión (spiderbear)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora