Un demonio entre cazadores

218 13 7
                                    

El cabeza de jabalí estaba dispuesto a sacar sus katanas en acción por milésima vez en contra de la caja que yacía en el césped a las afueras de su misión más reciente. Nezuko y Zenitsu le hicieron frente para derribarlo por última ocasión pero ya querían bajar la guardia, pues el cansancio en sus cuerpos dado a la complicada batalla que sostuvieron con el demonio no era cosa de novatos, además, la tarde caía rápidamente para convertirse de noche, por lo que debían hallarse refugio pronto si no querían enfrentarse con otro demonio que rondara por la zona.

Bastó con un golpe certero en la nuca con la katana de Zenitsu para desestabilizar al atrabancado chico, y muy molestó, volvió a reclamarles:

—¡ES QUE NO LO ENTIENDO! —vociferó empuñando sus katanas, respirando jadeante y cegado por el imperdonable acto de traición de los dos—. ¡¿CÓMO UNA MOCOSA ESTÚPIDA Y UN RUBIO LLORÓN LOGRARON CONVERTIRSE EN CAZADORES DE DEMONIOS Y ENCIMA PROTEGEN A UNO?! ¿NO VEN QUE DESHACERNOS DE ELLOS ES NUESTRO MALDITO TRABAJO?

—¡NO TE ATREVAS A LLAMARLE ASÍ A NEZUKO O JURO QUE TE CORTARÉ ESA HORRIBLE CABEZA DE PUERCO QUE TIENES AHORA MISMO! —rugió Zenitsu poniéndose frente a la menor de los Kamado de forma protectora—. ELLA ES INCREÍBLEMENTE BONDADOSA Y PIADOSA CON TODO AQUEL QUE SE LE CRUCE, NO TIENE PORQUÉ JUSTIFICAR SUS ACCIONES CON ALGUIEN COMO-

Inosuke gruñó irritado por su condescendencia e inmediatamente lo lanzó lejos de los hermanos de una patada certera en las costillas.

Nezuko tensó el agarre de su katana lista para darle un corte a su pecho descubierto pero antes de que pudiera hacerlo el cabeza de jabalí la tomó del cuello alzándola para mirarla cara a cara. Era increíblemente fuerte para soportarlo por lo que no tardó en toser desmesuradamente buscando zafarse por cualquier medio.

—¡Ugh! Mírate. —chasqueó Inosuke fríamente observando el temblor de su cuerpo indicándole que solo era cuestión de segundos para que se desmayara por completo—. Eres tan débil como las de tu tipo, frágiles y torpes. No eres una cazadora de demonios, niña. Y ahora que vas a desmayarte podré matar a ese demonio que llevabas en la caja, así que dame las gracias antes de que-

A-AGH- —jadeó con desesperación al sentir la mano del tercer oponente saliendo de la caja para tomar su cuello bruscamente, defendiendo a Nezuko—. ¡D-des-graciado! —escupió lleno de repulsión al sentir su esencia demoníaca.

Tanjiro lo miró con rudeza mientras apretaba su agarre con la fuerza sobrenatural que tenía para prácticamente partirle el cuello si quisiese hacerlo.

Sus colmillos brillantes y profundos le dieron una última advertencia para que se apartara pero saltó a atacar de todos modos al caer en cuenta de su aspecto animal, siendo su alimento principal para subsistir.

Estaba hambriento.

—¡N-NO, TANJIRO! —jadeó Nezuko abrumada por querer inhalar todo el aire arrebatado y a la vez gatear agotada hasta donde se hallaban ambos chicos peleando con el terreno a favor claramente de su hermano—. ¡ES UN HUMANO, M-MÍRALE SU TORSO, N-NO PUEDES COMÉRTELO!

El mencionado que yacía encima de Inosuke bajó la mirada obedeciendo a su hermana para confirmar que tristemente se trataba de un chico. Sin embargo volvió la vista al animal que resguardaba su rostro y le arrebató de tajo al jabalí, descubriendo al humano detrás de esta con múltiples heridas alrededor pero aún así sobresalían sus delicadas facciones junto a su sedoso cabello azabache muy obscuro con las puntas de color azul, algo que sin duda no coincidía para un joven adolescente tan fornido como él.

—¡P-PUES CLARO QUE SOY HUMANO, M-MOCOSA! —apabulló Inosuke con dificultad—. ¡L-LOS DEMONIOS SE COMEN A NUESTRA ESPECIE!

Tanjiro fue rápido a contradecirlo al abandonar su agarre en el cuello guardando la compostura en un abrir y cerrar de ojos luego de posicionarse con Nezuko, ayudándola a levantarse.

Pues yo no. —mencionó firme, ocultando un poco el par de colmillos que hace unos momentos amenazaban a Inosuke de perforar su piel—. Pero si vuelves a tocar a mi hermana, no dudaré en hacerte daño.

Hashibira gruñía sacando rabia de lo inaudito que le parecía la escena.

Esa farsa ya la había escuchado antes.

La supuesta honestidad.

Una excepción a la regla.

No volvería a confiar nunca más.

—¡MENTIROSO DEMONIO! —dijo en un alarido gutural para luego lanzarse a matarlo pero los reflejos de Tanjiro fueron inmediatos, haciendo que Inosuke incrementara su velocidad de ataque—. ¡VOY A CORTARTE EN PEDAZOS HASTA QUE SUPLIQUES PIEDAD!

El cielo plagado de nubes grises pasó a cerrarse de golpe mientras truenos y rayos rodeaban a los tres. Los hermanos Kamado sabían lo que se aproximaba, por lo que guardaron su distancia hasta que llegara el pequeño rubio con puntas color zanahoria transformado en aquel imponente alter ego que poseía una fuerza irracional para la persona tan frágil que mostraba en su día a día.

Inosuke no pareció importarle o siquiera preguntarse porqué había cambiado el clima de tal manera hasta que Zenitsu apareció a su espalda noqueándolo de un fuerte golpe a la cabeza haciendo que su cuerpo cayera como costal de papas al suelo empastado.

No despertaría en un buen rato, quizá se atreverían a decir que pasaría la noche así para despertar sumamente adolorido y desorientado a la mañana siguiente.

—No te atrevas a lastimar de nuevo a Nezuko. —susurró Zenitsu aún con los ojos cerrados y su voz oscilando entre lo grave y tajante—. Poco hombre.

LINAJES | Tanjiro x Inosuke Where stories live. Discover now