Dejavú

96 13 0
                                    

La noche ya había caído en la casa del blasón. Inosuke no soportó ni siquiera una hora para ver a los ojos de aquella Kamado con irritación después de asegurarle que su hermano no vendría por su sangre chorreando en el piso por más que pensara que sería su reacción, y acertó.

Para su maldita suerte la pequeña tenía razón.

Ni una señal.

No hubo pasos aproximándose a la habitación.

Los gruñidos o jadeos comunes de su especie alertándose al indicio de una presencia de sangre humana tampoco se hicieron oír.

Nada activó su sentido de peligro.

Estaba molesto, realmente molesto. No podía aceptarlo.

Seguramente la mocosa lo encerró en un sótano varios metros bajo tierra de aquí para no hacerle sencilla su huida.

Pero incluso si ese fuera el caso Inosuke sentiría las vibraciones y tampoco experimentó la mínima diferencia.

Al cabo de veinticinco minutos el cabeza de jabalí salió de la habitación con la cara ardiendo de impotencia y un brazo sangrado en la parte interna desde la muñeca hasta su codo.

Nezuko lo quiso devolver al cuarto por temor a que buscara de igual manera a su hermano o simplemente saliera para revelar su secreto pero este se limitó a gruñir por lo bajo advirtiéndole que se alejara.

Su silueta fue perdiéndose por los pasillos a medida que Zenitsu le brindaba un suave apretón reconfortante al hombro de Nezuko.

No dirá nada. Escucho su corazón bombeando con fuerza y casi se oye como si reclamara algo, como si estuviera peleando consigo mismo.

—¿Y crees que sea porque no puede decidir si decirle a los demás o no? —murmuró Nezuko notando que Zenitsu aún seguía con los ojos cerrados y hablando profundamente mientras se hallaba en una especie de trance—.

Suspiró para sus adentros al reconocer que Zenitsu no recordaría nada entonces.

No lo sé... pero puedes estar tranquila de que guardará el secreto por ahora.

—Bien... —bisbiseó cabizbaja forzando una sonrisa—. Gracias por aceptar compartir habitación con él para cuidarlo a pesar de lo que sucedió entre ustedes. Tanjiro y yo estamos muy felices de haber encontrado una persona tan bondadosa como tú, Zenitsu.

Mi prioridad es protegerte y daré todo de mi por ayudarte a buscar la cura para Tanjiro. Lo que me pase en el proceso no importará en lo absoluto si significa que nadie se interpondrá en tu camino.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Nezuko para inmediatamente después fundirse en un abrazo ocultando su rostro en el pecho de Zenitsu, este correspondió sin rechistar y se mantuvieron así en silencio hasta que los sollozos de la pequeña cesaron.

.
.
.

Por otro lado se hallaba Inosuke sobre la copa de un árbol del blasón observando la luna. Ahora estaba vendado del brazo y curado del dolor de cabeza o la ronquera en su garganta, pero su mente seguía intranquila.

Un terrible dejavú helaba sus extremidades y al mismo tiempo aceleraba los latidos de su corazón.

No podía comprender por qué.

Todo el lugar gozaba de un silencio impasible. Ya no quería escuchar los gritos de esa mujer en su conciencia.

Eran fríos, desgarradores... como si su vida dependiera de ello.

Breves memorias tejían su camino al frágil sendero de sus pensamientos mostrándole aquellos ojos verdes iguales a los suyos llenos de lágrimas y desesperanza. Se le estrujaba el pecho al ver la desesperación en su delicado rostro.

Luego un par de orbes muy extrañas similares a dos arcoíris adornando sus pupilas le sonreían como si ya lo conociera de años.

—¿Qué es esto? —silbó atrapando su labio inferior entre sus dientes para mordisquearlo un poco buscando concentrarse—. ¿Quiénes son ustedes?

"Inosuke, gracias a la generosidad de Douma-Sama podré darte al fin la vida que mereces, mi bebito amado. ¡Saldremos adelante con su ayuda! Y tú y mami podrán ser protegidos como siempre debió ser, aquí en su templo... vamos a ser muy felices mi dulce niño hermoso, te lo prometo."

"¡Bella Kotoha! ¿Qué tanto le dices al pequeño Inosuke?"

"Oh, nada en particular, Douma-Sama. ¡Solo quiero que cuando crezca pueda agradecerte tanto como yo lo hago ahora por tu inmensa generosidad con nosotros!"

"¡Oh, basta! Ya te dije que no es necesario."

"¡Pero insisto! Estoy eternamente agradecida con usted por hacerme su esposa con tal de que Inosuke crezca con una figura paterna que le muestre lo mucho que significa crecer en una familia unida."

.
.
.

Inosuke tembló parpadeando en repetidas ocasiones tratando de esclarecer su vista mientras sacudía la cabeza de lado a lado con mucha fuerza, inconsciente de haber perdido el balance sobre su cuerpo, lo que terminó por tirarlo del árbol.

El estruendo resonó en cada una de las habitaciones del blasón pero no le dio importancia. No paraba de tallar su rostro contra sus manos en un intento desesperado por apartar sus lágrimas que poco a poco lo ahogaban en un ataque irracional de pánico, pero no funcionó.

—¿¡Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!

—Estás respirando muy rápido y te golpeaste otra vez la cabeza, vas a desmayarte. Inhala despacio conmigo, ¿si? —susurró repentinamente su espectador saliendo del escondite donde se encontraba para auxiliarlo cuando nadie pareció notarlo.

Su aliento tibio y sus manos levantándole la cabeza para posarla sobre sus piernas reclinadas encendieron la alerta de peligro en Inosuke, buscando liberarse de su toque con urgencia.

¿Cómo no lo sintió antes?

—¡S-SUÉLTAME MALDITO DEMONIO! —rugió estampando su cabeza contra la nariz del pelirrojo para luego ponerse de pie, robándole un quejido al sentir cómo sangraba de inmediato

La diferencia de posiciones y distancia alivió un poco a Inosuke al dejarlo en desventaja pero el ansia no le permitía pensar claramente.

—Escucha, estás temblando mucho y no oxigenas bien, tienes que calmarte. —masculló Tanjiro sosteniendo su tabique para frenar el sangrado—. Estamos muy lejos de los demás, si te desmayas no podré cargarte hasta allá de nuevo o van a cortarme la cabeza, deja de forcejear conmigo y trata de respirar.

—¿¡QUIÉN MIERDA TE CREES PARA DECIRME QUÉ HACER, IMBÉCIL!? ¡NO IMPORTA QUE NO TENGA MIS KATANAS, TE MATARÉ CON MIS PROPIAS MAN-

—¡Vamos, ya cálmate por favor, te lo ruego! —jadeó el pelirrojo saltando hacia él con rapidez posicionándose por detrás para sellar su boca con la mano—. ¡Te digo que no podré cargarte ahora, escúchame esta vez!

—Q-QUÍ-TAME LAS M-MANOS DE-

—¡Que no! —apabulló intensificando el agarre sobre su pecho tratando de esquivar sus puñetazos mientras las lágrimas escurriendo de sus esmeraldas empapaban la mano que cubría su boca. Seguía temblando mucho—. ¡No sé en quiénes estabas pensando pero si te hacen sentir así deberías apartarlos de tu mente o buscarles paz, pero no permitas que te conviertan en esto!

—¡T-TÚ NO SABES N-NADA! —gruñó Inosuke dejando de sentir sus piernas—. C-Cuando tenga... mis katanas.... ya verás-

—¡No, no, no! —gimió Tanjiro soltando de inmediato su agarre, presenciando el moribundo cuerpo de Inosuke deslizarse al suelo sobre su pecho—. ¡Respira, respira, respira! ¡No te des- ugh! ¡Maldición! ¡NEZUKO!

LINAJES | Tanjiro x Inosuke Where stories live. Discover now