ㅤmy kind of womanㅤ★ㅤtodoroki shoto !

catorce

CATORCE
cultural festival

    —¡Eso ha sido increíble! —exclamó Yuri alegremente, con las mejillas sonrojadas debido a la emoción. Todoroki sonrió cálidamente al verla.

    —¿La pasaste bien? —le cuestionó el contrario—. Cantaste increíble.

    —Nunca la había pasado tan bien antes —dijo, desviando la mirada con vergüenza al escuchar el halago por parte de Shoto.

    —¿Qué quieres hacer ahora?

    —Mhm... —ella pareció pensar un poco, mientras Todoroki admiraba la expresión que la fémina hacía para poder pensar mejor.

    —¡No pueden irse todavía! —reprochó Iida—. Todavía tienen que descongelar el hielo.

    —Pero ya la mayoría se ha ido —murmuró Yuri—, ¿no podemos irnos también?

    —Si se van, ¿quién arreglará esto?

    —Tú —Murakami sonrió de manera culpable, tomando a Todoroki de la mano para comenzar a correr lejos de Iida—. ¡Buena suerte, delegado!

    —Tal vez deberíamos ayudarlo —habló Shoto después de unos segundos, intentando ignorar el revoltijo que apareció en su estómago al tener contacto con la mano de la chica.

    —Estará bien —Yuri le restó importancia—. Deberíamos pasar tiempo juntos, ¡como una cita!

    —¿Una cita? —cuestionó el mitad albino en un susurro.

    —¡Sip! —asintió la castaña—. ¿Has probado los crepes? Son muy sabrosos. ¡Mira, ahí está Ochaco!

    Shoto apenas pudo sonreír. Y es que por dentro estaba completamente feliz y emocionado de estar compartiendo ese momento con la chica de la que se había enamorado tiempo atrás, viéndola emocionarse por todo y por nada, arrastrándolo a todos los lugares a los que ella quisiera ir. Le emocionaba ver su emoción.

    —¿Te gustan los crepes? —le cuestionó la castaña, girando a ver al contrario. El rostro de ella tomó un ligero tono rosado—. ¿Por qué me miras así, Shoto?

    —Por nada —respondió, sonriendo un poco—. ¿Quieres comer crepes? Yo los pago.

    —Pero come tú también —insistió la fémina—. ¡Ochaco! ¿Están sabrosos esos crepes?

    —Están muy buenos —respondió Uraraka, sonriendo con los ojos cerrados. Al abrirlos y ver a Todoroki y Murakami tomados de la mano su sonrisa sólo se amplió, más no dijo nada mientras se iba con la excusa de querer ver los demás puestos.

    —Apuesto a que le dirá a los demás lo que vio —ella sonrió un poco—. ¡Ah! Me da dos crepes, por favor.

    Murakami no miró a Todoroki debido a la vergüenza que sintió al notar como acariciaba su mano con la yema de sus dedos, pero el disfrute que sintió debido a esa mínima acción lo dejó mostrar con una pequeña sonrisa tímida. Recibió con gusto los crepes del puesto, y le extendió uno a Shoto.

    —Anda, pruébalo —dijo Yuri con una sonrisa—. ¿Está bueno?

    —Sí —contestó el bicolor—. Tienes buenos gustos, Yuri.

    —Ah, claro que sí —Murakami movió su mano restándole importancia—. Por eso me gustas tú. ¡Mira, va a empezar el concurso de belleza! —ella volvió a tomar la mano del chico para poder arrastrarlo hacia el concurso de belleza, mientras que Shoto parpadeó un poco de manera aturdida al escuchar sus palabras. Cuando terminó de procesarlas, optó por simplemente sonreír cálidamente, sabiendo que estaba con la persona correcta.

    Se posicionaron junto a Izuku, Togata y Eri para poder ver el concurso de belleza a gusto. Todoroki no estaba familiarizado con ese entorno, pero disfrutaba acompañar a Yuri y ver su emoción y felicidad por las pequeñas cosas. La acompañaría a cualquier lado sólo para ver su sonrisa, porque no podía sentirse incómodo al ver la felicidad en los ojos de la muchacha.

    —Oh, lo siento, ¿quieres ir a otro lugar? —le cuestionó ella al momento de notar como él la miraba—. Podemos ir a donde tú quieras.

    —Está bien —le contestó Shoto—. Me siento cómodo aquí.

    —¿Estás seguro? —volvió a preguntar ella, sólo buscando la comodidad del chico.

    —Estoy seguro —respondió, admirando su rostro de preocupación—. Pasó mucho tiempo desde la última vez que pasamos un momento juntos.

    —¡Es cierto! —exclamó ella—. Mis residencias me han quitado mucho tiempo. ¡Perdóname, Shoto!

    —Está bien —respondió, con una pequeña sonrisa asomándose de sus labios.

    En definitiva, había caído por la genuina chica castaña de la clase 1-A, que amaba pintar y los nuggets de pollo.