Tiмe Oғ Dʏinɢ [Zombie AU]《AoTxLectora》

1⃣ «Eren»

El viento por la ventana cuya intensidad produjo un ligero vaivén de cortinas, ocasionó que abriera sus ojos enfocando el amplio techo de su habitación, el cual era apenas visible dada la limitada luz que alumbraba su entorno, enderezó ligeramente su espalda siendo detenido por un firme agarre sobre uno de sus brazos, inclinó su rostro hacia donde dicha presión era ejercida, apreciando el desnudo cuerpo de una mujer que lo abrazaba adentrándolo entre sus suaves pechos, la nariz que rozaba ligeramente su hombro promovía un delicado cosquilleo, sonrío adornando su faz con un pintoresco tono carmesí emergente en sus mejillas.

Debido al repentino movimiento, la chica acomodó su cuerpo provocando que sus labios humedecidos por el evidente rastro de saliva en el borde de estos rozará con su tez, ocasionando en él, una encantadora risa al observar aquella placentera acción. Con cuidado se las arregló para girarse sin perturbar aquel primoroso semblante para admirarlo por unos segundos, estiró la extremidad libre hasta casi tocar su figura, no obstante se abstuvo de hacer contacto y en su lugar recorrió por encima de su cintura la cual era cubierta por una fina sábana blanca, hasta llegar a el hombro y de ahí a aquel apacible rostro, se debatía si debía lindar o no, quería hacerlo pero ¿Y si la despertaba? El panorama fuera de la ventana le anunciaba que la hora de levantarse se aproximaba y el sonido en los autos de los vecinos rectificaba que en cualquier momento su alarma sonaría anunciándoles el inicio de sus respectivas agendas. Finalmente conmovido por otro tentador balanceo de caderas decidió hacer contacto sobre esa blanda mejilla, al sentirlo la chica abrió poco a poco los ojos revelando ese radiante (color) cuyo brillo presumía diariamente. El hombre sonrío nuevamente, acercando su rostro mientras analizaba su fulgor, sin embargo, esa sonrisa se borró al notar un destello que comenzaba a humedecer las bellas órbitas de estos, creando desde el interior una abundante cantidad de lagrimas.

Sin alcanzar a externar su preocupación, Inhaló.

Un nudo se enmarañó en su garganta al visualizar a la misma joven que momentos antes admiraba, el melancólico llanto que inútilmente trataba de contener retumbaba en sus oídos, enviando una dolorosa sensación que se esparcía desde sus manos hasta el mas remoto rincón de su cuerpo, teniendo como punto de encuentro su pecho. Tal sentimiento era devastador, podía ver como aquella mano sobre aquel delicado pecho estrujaban la (camisa/blusa/etc...) tiritando la tela mientras continuaba negando con aquel débil movimiento de cabeza.

La tristeza, la decepción evidentes en ella, afligieron su corazón. Intentó acercarse solo para contemplar horrorizado como ella se alejó, retrocediendo ante cada paso que él daba.

—(Nombre)— Pronunció con incredulidad.

(Nombre) negó una vez mas cubriendo sus temblorosos labios con el dorso de su mano, mientras cerraba los ojos sin dejar de crear más acongojadas lagrimas de entre estos. Los lamentos se manifestaban en pequeños espasmos sobre su tórax semejantes a minúsculos brincos.

—(Nombre) por favor— Intentó una vez mas, se obligaba a si mismo a mantener la compostura, incluso si la desesperación comenzaba a impregnar su ser —Por favor te lo juró— Repitió.

Otro sollozo le indicó que no estaba siendo escuchado o si bien lo estaba, sus palabras carecían de validez.

—¡No es lo que crees!— Rectificó acercándose con ambos brazos a los costados. Se paralizó al notar como lo miró y a su vez como contrajo su cuerpo con desconfianza. Las lagrimas de desesperanza comenzaban a formarse por su pesarosos orbes esmeralda. No obstante se envalentono y negó con firmeza meneando la cabeza de lado a lado escéptico a que esto estuviese ocurriendo. Se aproximo hasta ella, su intención era abrazarla, explicarle, que si bien encontrarlo en una comprometedora situación daba a desagradables especulaciones, no era lo que parecía. Quería consolarla, quería que creyera en él pero todo intento parecía inútil, era inútil. Ella no quería escuchar, ella no quería razonar, simplemente parecía anhelar a toda costa huir de su lado.