3

200 24 0
                                    

*EDITANDO*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

*EDITANDO*


Era otro día, la tarde había llegado tediosa, acompañada de una repentina lluvia antes de las siete de la tarde. Era el maldito diluvio universal.

—malditos reporteros del clima ...— maldijo en voz baja mientras caminaba a la estación del metro.

Cellbit tenía casi una hora de haber salido de sus "clases extras". Ese día le  dejaron salir más temprano de lo normal, al parecer,  su jefe tuvo misericordia de su trasero.

Aunque también había dejado de oír seguido de que el nombre Spiderman salió en el tema de conversación.

Después de todo, no deseaba oír sobre como un loco fenómeno había tomado popularidad por salvar unos cuantos civiles, cuando los policías y los bomberos llevaban haciendo lo mismo durante años.

Su casa estaba a quince minutos en metro. En una calle bien ubicada, en un edificio donde muchos estudiantes vivían.

Era normal ver locales y lugares llenos de jóvenes por esos rumbos, todos apurados en las papelerías, y con computadoras en las cafeterías aprovechando el internet gratis que ofrecían.





Su apartamento era sencillo, poseía dos habitaciones, que se limitaban a contener lo básico y necesario para la subsistencia de cualquier ser humano moderno.

Lo pagaba con su trabajo de medio tiempo como interno en la comisaría, como parte de sus prácticas laborales en la universidad. Esas eran las conocidas "clases extras".

Agradecía al cielo y a su propio esfuerzo  el que pagaran más que al resto de practicantes, por su rendimiento.

"como si eso fuera hacer que me quedara en esta isla" Pensó sonriendo con pesar en sus ojos azules.

Se dijo a si mismo  riendo en voz baja, antes de abrir la puerta de su pequeño departamento.

La llave giro y de un empujón abrió la puerta, está rechino a la par que se abría, notando de inmediato que la sala, que había dejado en total oscuridad por la madrugada, estaba siendo iluminada por la televisión prendida.

Y entre la oscuridad y la luz de la pantalla, pudo diferenciar una cabellera alborotada y una figura conocida.

—¿Que haces aquí?— dijo seco cerrando la puerta tras de si.—¿como encontraste mi departamento?—

—quería ver si aún no estabas muerto —contesto la figura al otro lado de la estancia.
El sujeto estaba sentado en su sofá, como si fuera su casa.—lo otro no necesitas saberlo—

Se alargó un silencio sepulcral, cosa muy común para ellos. 

—¿Cómo estás?— termino preguntando Cellbit, por pura y redundante educación; repasando la alargada figura con sus fríos ojos azules.

TU AMIGO Y COMPADRE SPIDER-ROIER//Guapoduo//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora