Capítulo 19: El cielo

12 1 0
                                    

Capítulo 19:

El cielo.

              Cada paso que daba en ese puente era como estar tentando a la muerte. El temblor en mis piernas se sentía tan intenso, que decidí dejar de mirar los pasos que daba, subí la mirada para observar a Zachary en la distancia, se encontraba de pie en el final, atento a cada movimiento mío.

               Iba con los ojos fijos en el frente, solo caminando en línea recta, tratando de ver a Zachary para llegar a él, estaba muy cerca ya. Entonces, pisé un peldaño y sentí un crujido, todo fue muy rápido, sentí un vacío en mi pecho, cuando abrí los ojos estaba sostenida por Najib colgando al vacío.

              Había roto la penúltima de las tablas de madera, y como soy delgada, mi cuerpo se deslizó en un instante a través de ella. Ahora me encontraba allí sostenida por los brazos raspados de Najib, y algunas ramas y tiras de bambú que colgaban del puente, él se arrastró conmigo para atraparme, golpeándose con los bordes del puente.

           Nadie podía ayudarnos, un poco más de peso y Najib caería conmigo. El rostro de Zachary cercano a nosotros, nos veía con total pánico e impotencia, sin saber qué hacer.

             Najib me hablaba, pero no podía escucharlo, estaba tan abrumada por la situación, que no podía distinguir lo que decía, su agarre era firme, pero no aguantaría mucho, estábamos sudados, nuestra piel resbalaba.

             Tenía el corazón en la garganta, pensé en un instante en lo absurda y dolorosa que sería mi muerte. Respiré profundo, tras los muchos gritos de él y Zachary, finalmente subí el rostro.

            Najib señalaba con su cabeza el risco junto a mí. Querían que me parara en el. Cuando vi la esperanza comencé a escuchar mejor.

            —Kida, pon tus pies en el risco, suéltame una mano y sostente de las piedras, luego lo harás con la otra, y te buscaré allí. Vas a estar bien.

            Yo solo negaba con la cabeza. Moriría ese día, y todo sería en vano. Tantos sacrificios para nada.

             —¡Kida! —me gritó—, por favor, te lo suplicó, estarás bien, por favor hazlo, no aguanto más los brazos, Kida. Por favor, puedes hacerlo, te prometo que todo saldrá bien, por favor —me suplicó Najib.

            Su voz estaba cargada de desesperación. Respiré profundo, si de cualquier manera iba a morir, debía aceptar el riesgo de confiar en él. Me balanceé solo un poco y mi pie rozo el risco, pero volví a caer. Escuché a Najib gruñir de dolor, entonces, en un último esfuerzo, gritó mientras me balanceaba con más fuerza, hasta que golpee el risco.

           Esta vez aproveché el movimiento y al golpear las rocas, lo solté y me abracé a las lianas de la pared. Lágrimas bajaban por mis ojos mientras me sostenía con fuerza en el borde del final.

           Al cabo de lo que para mí fue una eternidad, un fuerte brazo me sostuvo de la cintura, y me hizo moverme despacio hacia un lado. Luego sentí que me jalaron hacia arriba.

             Abrí los ojos y me encontraba aferrada con fuerza a la camisa de Zac, él me sujetaba sentado en el piso con sus brazos. No sé cuanto llevaba así con él, pero en ese momento caí en cuenta de que estaba llorando a cántaros, estaba a salvo.

            Zachary me repetía al oído que todo estaba bien, que ya nada pasaría. Poco a poco su voz se fue apreciando con mayor nitidez en mis silbantes oídos, fui recuperando la calma. Me fui apartando solo un poco de él, obligando a mi corazón a calmarse.

Llévame ContigoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz