CAPÍTULO 12

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Ser feliz

El uniforme se ajustaba a mi perfectamente, la camisa blanca manga larga me quedaba a medida, la falda me quedaba 10 dedos antes de la rodilla es decir 7 dedos abajo de la nalga, en la chaqueta negra con azul resplandecía el distintivo del instituto.

Un león en el medio con unas cintas negras y una azul, y algunos detalles que no entendía que eran.

Estaría siendo muy mentirosa sí dijera que no me gusta el uniforme.

Me gustaba el uniforme que había sido “actualizado”, y por eso no lo habíamos utilizado, se supone que no se debía llevar ropa de civil al instituto, pero con la actualización del decanato Alan no se pudo quejar.

Había pasado una semana desde mi pelea con Erick, mis escapadas con Eros habían aumentado y nos veíamos todos los días en su apartamento, está había sido una de mis mejores semanas en años.

Las investigaciones en contra de Alan estaban teniendo resultados, había conseguido una cuenta a nombre de una chica llamada Hilary, chica con la que Alan tuvo un romance, era obvio que el dinero era de Alan porque la chica nunca habría ganado todo ese dinero como camarera de un hotel.

Eros había quedado en buscar a Hilary para hablar con ella, y yo solo podía empezar a creer que esto era verdad.

Hasta este día había empezado a tener seriedad con el asunto, porque aunque era un tema sensible, veía imposible conseguir pruebas contra Alan pero ya no era así, ahora tenía la ayuda de Eros y una <<pista>>, por así decirlo.

Ya tenía por dónde empezar a investigar, esto estaba tomando forma

Había pasado de ser un plan sin ejecutar a un plan en camino, no podía mentir al decir que empezaba a tener miedo, creo que nunca había escuchado ni visto nada sobre alguien que vendiera mujeres afuera de mis libros o de algún tipo de película de narcos.

Así que como ya había empezado a hacer realidad mi plan debía saber cuidarme, por eso había hablado con Alex de que lo vería en el club en estos días y así podríamos hablar,, le diría alguna mentira para que me dejara practicar con el boxeo y me enseñará a defenderme.

Alex practicaba boxeo desde los 12 después de que un día unos chicos se enteraran de que a Alex le gustaban los niños y amenazaron con decirle a su papá.

Acompañé a Alex día a día hasta que se volvió una máquina sangrienta, así que sabía que era el indicado para enseñarme a defenderme.

Aunque Eros me había dejado muy claro que no me pasaría nada, no podía confiar al 100% en sus palabras.

Y era mejor el saber defenderse por si las moscas a estar desprevenida si algo pasaba.

Salgo del baño luego de retocar mi gloss y me encuentro con Eugenia afuera quien se está comiendo su tequeño y sostiene mi frappé de fresa en una mano.

— Apúrate que Kennedy nos está pasando factura últimamente, y tenemos que entregar ese trabajo para ir a ver a los chicos entrenar.

Sonrío.

— Tú y tus ganas de ver a León sin camisa. - digo haciendo que se sonroje.

— Tú cállate.

Luego de dejarle el trabajo de fin de curso a la profesora Kennedy nos vamos al campo de fútbol donde una sorpresa nos da la bienvenida.

El equipo del instituto está jugando contra el equipo de la universidad de Eros, van 0-0 y por lo que me cuenta Nicolás (quien se sienta en las gradas junto a nosotras) ya van por el segundo tiempo.

MENTIRASWhere stories live. Discover now