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– Estamos seguros, ¿No es así? – Chenle no recibió ninguna respuesta, por lo que se vio en la obligación de detener todos sus movimientos, ocasionando que sus amigos chocarán entre sí, soltando pequeñas quejas mientras dirigían sus vistas hacia él. – No podemos arrepentirnos ahora, ¡Hemos planificado este ataque por una semana!

Aunque la idea haya sido aceptada, Hayoon tenía la sensación de que iría a vomitar de los nervios. Tuvo que mentirle a sus padres que no estaría en el departamento el sábado en la noche porque iría a una fiesta con sus amigos, no quería que se vieran involucrados en un asunto que debía ir resolviendo por sí misma.

Una semana pasó desde que planificaron este sorpresivo ataque hacia el auto de Jaehyun, Renjun y ella se habían encargado de comprar sprays de colores, Jisung traería bandejas de huevos, Jeno y Jaemin no comentaron sobre su aporte, por lo que sería una sorpresa en el momento en que inicien el plan mientras que Chenle compró los accesorios para que Jaehyun no obtenga ninguna evidencia criminatoria que pudiera perjudicarlos. Si bien estuvo de acuerdo en que la idea se hiciera, estaba casi segura de que Jaehyun terminaría descubriéndolo, pues era consciente de que éste tenía muchos contactos y aunque tardaría en encontrar a los culpables, su vida estaba sentenciada al igual que la de sus amigos.

Y lo que menos quería era perjudicarlos.

Respiró con pesadez, apretando, sin ser consciente, la mano de Jaemin, causando que éste centrará su atención en ella, ignorando a los demás discutir sobre el plan que estaba a segundos de ser ejecutado. Éste posó sus manos sobre sus hombros, con suavidad, y mientras se dedicaba a masajear con lentitud en busca de calmarla, podía oír su voz pronunciando su nombre.

Comenzó a gustarle cómo se oía su nombre en su boca.

Clavó sus ojos en él y vio cómo respiraba por la nariz, botando por la boca. Imitó su acción y sus latidos disminuyeron de velocidad. Éste le sonrió, sin detener sus caricias en sus hombros y parte de sus brazos.

– ¿Estás mejor? – Hayoon asiente, tragando saliva. Éste suspiró con fuerza, viéndola con fijeza. – Sí no quieres participar puedes quedarte aquí, ¿Bien? No te presiones. – Le aconsejó, acariciando sus brazos con suavidad.

– No. – Sacude su cabeza, sin romper el contacto visual con Jaemin. – Acepté esta idea porque, de algún modo, debo concluir esa etapa de mi vida. – Acotó en voz baja.

Jaemin tragó saliva, seguido de ello, esbozó una sonrisa a boca cerrada bajo su pasamontañas. Hayoon, por otro lado, pestañea ante la intensidad con que él la estaba mirando, con una expresión que, para ella, podía ser fácilmente de orgullo. Apretó sus labios.

– Está bien. – Sostuvo su mano, una vez más, para girar sobre sus propios pies, encarando a sus amigos. Estos se miran entre sí, como si quisieran asegurarse de que todo iría bien está noche y pronto vuelven a correr por el callejón, cruzando la calle hacia la casa donde vive Jeong Jaehyun.

Save your tears [SECUELA SUNSHINE)Where stories live. Discover now