XIV

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Al despertar noto que faltaba la presencia de su alfa, pero la cama ya de por sí estaba recubierta con sus feromonas a lo que no se quejo, se dejó envolver por aquel olor tan dulce a vainilla

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Al despertar noto que faltaba la presencia de su alfa, pero la cama ya de por sí estaba recubierta con sus feromonas a lo que no se quejo, se dejó envolver por aquel olor tan dulce a vainilla. Beel sabía que algo andaba extraño con su cuerpo, osea sentía que en su barriga había un ligero abultamiento y eso que no había cambiado repentinamente su dieta.

Se encogió al sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, aunque no negaría que últimamente estaba comiendo un poco más de dulces aunque eso ya era culpa de Niko por querer llenarlo de dulces. Subió sus piernas hasta su pecho cubriéndose de pies a cabeza con el cobertor, la fría mañana lo estaba recibiendo, tenía suerte de que su primera clase fuera a las 9:25 por lo que tenía tiempo para seguir dormitando.

— Beel, te traje un humilde desayuno. — Niko entro con una bandeja encontrando al omega cubierto por su cálido cobertor. — ¿Sigues dormido? ~

Beel dejo ver sus ojos y procedió a sentarse. — No, ya estoy despierto. — Empezó a estirar sus brazos con un bostezo, la brillante sonrisa del ojiazul apareció y dejo lo preparado en sus piernas, dejando igualmente un pequeño beso en la mejilla de Beel.

— ¿Tu no vas a comer Niko? — Lo miro ahora muy recostado al lado de el mirándolo.

— Ya desayuné, todo eso es para ti, ¿o te gustaría otra cosa? — Niko se sentó a su lado y beso su hombro dulcemente.

— No, así está bien, gracias de verdad, no sabes lo mucho que lo agradezco. — Con su pequeña mano acaricio el ligeramente ondulado cabello de Nikola, que gustoso dejo que lo acariciara.

Con el tenedor corto un pedazo de los esponjosos hot cakes dando un mordisco, la atenta mirada de Nikola esperando una respuesta ya sea positiva o negativa.

— Niko, ¿Cómo es que hasta para cocinar eres bueno? — Beel con un poco más de desespero devoró sus hot cakes velozmente siendo seguido de una tenue risa de Nikola.

— Mi mamá y mis hermanos me enseñaron. — Beel estaba bebiendo su jugo de mango con lentitud mientras lo miraba por el rabillo del ojo.

— ¡Bendito el día que aprendiste a cocinar! — Su radiante sonrisa dejo atontado a Nikola, al notarlo Beel sintió un pequeño hormigueo en su estómago.

— No sabes lo mucho que me ilumina el ver tu sonrisa Beel, la adoro. — Niko quitó la bandeja de las piernas de Beel y la puso a un lado. Para proseguir con un dulce beso en los labios de Beel.

Un beso lleno de la pasión y el amor que se tenían, no solo era la famosa etapa del enamoramiento era uno tan real y puro. Probablemente inquebrantable, son sus manos rodeo el cuello de Niko dejándose caer ya con Nikola encima de el los besos eran cada vez más pasionales y con un toque de la lujuria.

📍 Nuevamente para las personas sensibles al contenido sexual pasen al siguiente aviso (La parte de Beel y Niko igualmente será más larga de lo habitual)

Acompañante De Una Noche - HaqinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora