22.

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Me remuevo sobre la silla incómoda mientras trato de apartar las imágenes que desde esta mañana han estado presentes en mi cabeza una y otra vez. El sólo pensarlo me hace volver a sentir todo tan vívidamente como en ese momento y sin poder evitarlo mi cabeza vuelve a recrearlo.


Flashback.

Siento como mi piel se eriza bajo el tacto de sus manos, el calor de su cuerpo sobre el mío parece consumirme, siento como sus labios se deslizan por toda la extensión de mi cuello hasta mi pecho, cierro los ojos disfrutando de lo placentero que sus labios se sienten sobre mi piel. Su boca vuelve a mi cuello dejando a su paso suaves mordidas y besos húmedos.

Mis dedos se deslizan sobre su espalda sintiendo la suavidad de su piel, deslizo mis uñas sobre ella haciendo que de garganta salgan suaves gemidos, siento cómo su cuerpo se pega más al mío, es como si tratara de borrar hasta el más mínimo espacio que pudiera quedar libre, como si eso fuera todavía posible...

Su boca vuelve a subir por mi cuello hasta mi oído mordiendo suavemente el lóbulo de mi oreja.

—Daniela... —susurra haciendo que mi cuerpo se erice aún más, provocando que mis uñas se entierren en su espalda —Daniela...

Muevo mi rostro para encontrarme de frente con el suyo, su mirada me posee de inmediato, busco su boca de manera desesperada cuando...

El sonido de la alarma hace que abra los ojos y me incorpore de golpe de la cama, mi respiración agitada, cierro los ojos mientras trato de jalar aire para poder tranquilizarme...

"Era un sueño" me digo mentalmente, "Solo era un sueño..."

Fin del Flashback.


—¡Daniela! —el grito hace que salga de mis ensoñaciones. ¿Por Dios, qué fue eso? ¿Y qué son estas inmensas ganas de matar a quien quiera que me haya interrumpido?

—¿Qué? —pregunto encontrándome con el rostro de Kim quien me mira de forma extraña —¿Qué pasó Kim?

—Bueno, eso es lo mismo que yo me pregunto —ella entrecierra los ojos mientras analiza mi rostro —Te estaba hablando sobre las diferencias del último periodo y simplemente te fuiste —dice sin ocultar la sonrisa —¿Estás bien?

—sí... yo... lo siento... estaba pensando en algo... —digo revolviendo los papeles que tenemos sobre el escritorio sin tener la menor idea de lo que hago, simplemente quiero salir de esto.

—¿En algo o en alguien? —ella pregunta sonriendo aún más.

—¿Qué? No, no... yo...

—¿Sabes? Cuando estaba embarazada hubo un periodo en el que no podía pensar en otra cosa que no fuera sexo —Kim dice simplemente mientras intenta arreglar el desorden que estoy dejando —Pobre Sebastián, ya no sabía ni dónde esconderse —agrega soltando una carcajada —pero bueno, dicen que es normal, y él como el buen compañero amoroso que es pues cumplía con su trabajo.

Para estas alturas no sé si escuchar a la rubia sea una buena idea, así que prefiero fingir demencia.

—Creo que voy a ir por vaso con agua —dice Kim al ver que yo no respondo nada.

—Sí está bien... —le digo aún sin ser capaz de mirarla.

De repente escuchamos que la puerta se abre.

—Oh, creo que eso funcionará mejor —la escucho susurrarme.

—¿Cómo? —pregunto extrañada y volteando hacia la puerta en donde Poché está parada mirándonos a ambas.

Una vida perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora