Te odio, mi amor (Aki Hayakawa x tu)

Desaparecido

-¿Cómo me has encontrado?- te atreviste a preguntar tras haber subido ya varios pisos.

-Zorro. Os olió hasta aquí- repondió sin dejar de subir.

Llegasteis al que parecía ser el quinto piso, el piso que estaba justo debajo del lugar donde procedió el destello.

-No es aquí- jadeaste por el cansancio de haber subido corriendo cinco pisos-Lo vi arriba...

-¿Mmm?

-¿Cómo sabías a donde me dirigía?-preguntaste asustada por si Aki podía también leer la mente.

De repente una conocida figura salió de la pared y corrió a tu lado.

-Lo siento.-dijo Beam con más rabia que vergüenza.

-El pez y yo hicimos un trato- continuó Aki- Fue él quien me dijo donde estabas y el plan que habiais maquinado. Nos ayuda con el demonio de las llamas a cambio de que haga la vista gorda contigo.

Miraste a Beam, pero no fue correspondido. El tenía su vista fijada en el cazador de demonios delante suya

-Tiburón, tu turno. Sube y dinos que ves.

Beam dio unos pasos al frente y saltó hasta llegar al techo y traspasarlo. Los segundos parecieron pasar más lento mientras el demonio se encontraba al otro lado de la pared.

-Deberíamos subir- propusiste preocupada.

-Le he hecho subir justo para no jugarnosla nosotros.- respondió.

-¿Y como vamos a saber que ocurre si lo carbonizan?

-Tu amigo no parece que tenga muchas luces.-continuó diciendo- pero confío en que sea lo suficientemente listo como para huir atravesando el suelo o algo.

Tragaste saliva. Si algo habías aprendido del poco tiempo que habías pasado con Beam es que es de pensar rápido pero actuar mal.

De repente el edificio tembló. Miraste a Aki asustada y viste como en su rostro existía también cierta preocupación.

A la mierda- dijiste.

Corriste escaleras arriba sin dejar que Aki te dijera nada.

Llegaste al rellano del sexto piso y rompiste la puerta del apartamento que daba a la plaza. Estaba vacío.

Caminaste sigilosamente buscando alguna señal del demonio.

Echaste un vistazo por toda la casa. Las camas estaban echas, las habitaciones limpias y los armarios con ropa. Definitivamente humanos habitaban ese apartamento.

-Beam.- recordaste, no se encontraba por allí.-Hijo de...perra, se ha ido.

Te sentiste traicionada por él. Por otro lado, siempre te estaba recordado que no apoyaba a los humanos en ningún aspecto así que era de esperar que se fuera.

Un pitido te sacó de tu frustración. Pusiste más atención en él tratando de averiguar de donde venía.

Los gritos de la plaza seguían escuchándose pero ese pitido que se hacía cada vez más intenso sobresalía entre los demás.

Llegaste a la cocina. La despensa estaba llena de comida al igual que la nevera. Por tercera vez confirmaste que habían humanos viviendo allí, pero no estaban allí en ese momento y sin embargo si había una tetera con agua hirviendose en los fogones de gas.

Tontamente perdiste cinco segundos atando cabos, cinco segundos que te hubieran permitido haberte alejado un poco más de allí. Pero solo te dio tiempo a salir al rellano para gritarle por el hueco de las escaleras a Aki que hullera de la explosión que te azotó con tanta fuerza que atravesaste la pared.