❀ EnKaze Zone

❀ Desatado (Oneshot)

Mamoru quería ver a Ichirouta con el cabello suelto. No hay más que añadir; tan solo eso. Pero no sabe cómo pedírselo, ¿bastaría con un "me gustaría verte con el cabello suelto"?

Una tarde, ambos se encuentran en la habitación de Endou, estudiando para los exámenes. Para alguien como Mamoru, necesitaba estudiar hasta las cosas más simples para aprobar, dado que la educación todavía no se rige con el fútbol.

—¿Cuándo vimos todo esto?—Pregunta Mamoru viendo toda la unidad del libro de matemáticas.

—Todo el semestre—Responde Ichirouta con una sonrisa; su cabello se encuentra atado como siempre.

—Pues no me acuerdo.

—Debe ser porque siempre piensas en fútbol.

—¡Claro que no! A veces pienso en el equipo, en las supertécnicas, y en ti.

Ichirouta no puede evitar reírse; estar con Mamoru siempre equivale a estar de buen humor, incluso si hacen algo tan aburrido como estudiar.

Pasan un rato repasando los apuntes y actividades. Mamoru compara sus cuadernos con los de Ichirouta, y se da cuenta de lo vacío que están sus páginas, a diferencia del peliazul, que lo tiene todo.

—(Él siempre tan dedicado)—Piensa Endou mientras mira de reojo a su novio—(Es bueno en la escuela, en el equipo, conmigo...¡es tan genial! Y quiero ver lo genial que es con el cabello suelto, pero si se lo pido será raro).

—¿Pasa algo Mamoru?—Pregunta Ichirouta de manera relajada, sintiéndose halagado de que el portero lo mire tanto.

—Pues...te ves genial hoy, aunque te ves genial todos los días.

—Gracias—Las mejillas de Kazemaru se colorean ligeramente—Tu siempre te ves genial capitán.

Mamoru comienza a reír un montón, y Kazemaru no entiende el porqué.

—Oye, no estamos en un partido, no es necesario que me llames capitán—Expresa el portero entre risas.

—Cierto—Responde el peliazul antes de soltar unas risas de manera un poco avergonzada.

Después de que ambos se calmaran, Mamoru se acerca un poco al peliazul, poniendo sus mejores ojos de cachorro.

—Oye, Ichi—Mamoru junta la palma de sus manos—¿Podrías pasarme tus apuntes? Es que en serio, en serio, no entiendo nada.

—Claro—Kazemaru acaricia suavemente la mejilla del castaño—Pero aunque te los pase, igualmente no entenderás nada, ¿qué te parece si te los explico?

—¿De verdad? Son muchas cosas.

—No me molesta—Kazemaru sonríe alegremente y se acomoda mejor junto al portero—También me sirve a mi como repaso.

Ichirouta comienza a explicar algunos términos básicos, Mamoru ve los ejercicios de su libro y nota como poco a poco se van resolviendo gracias a las explicaciones de su novio; es como si Ichirouta poco a poco las estuviera deshilando.

—¿Ves? Ahora solo dividimos el resultado...—Añade el peliazul—¡Y listo! Ya quedó.

—¿Ya quedó?

—Si, ya quedó.

—¡Woah!—Endou mira a su novio como si hubiera hecho magia—Lo entendí, ¡eres lo mejor del mundo!

Justo cuando Mamoru exclama eso último, su madre, quien casualmente estaba pasando, se detiene en la puerta de su hijo.

—¡Vaya!—Expresa la señora Endou en voz alta con una sonrisa—Hiciste que Mamoru pusiera atención en la escuela, estoy impresionada Kazemaru.

—Mamoru sólo necesita ánimos—Responde el peliazul mientras palmea con suavidad la espalda del castaño.

—Y mucha paciencia—Añade Mamoru mientras sigue revisando sus apuntes, aún sin creer que fue capaz.

—Gracias por ser tan bueno con mi hijo—Comenta la señora Endou—Espero que mi hijo esté siendo un buen novio.

Escuchar a la madre de Mamoru decir por primera vez el término novio provocó que ambos futbolistas se sonrojaran. Todavía no están acostumbrados a ser llamados de esa forma y mucho menos por otras personas.

—Mamá, por favor—Responde el portero mientras lentamente cierra la puerta de la habitación—Estamos estudiando.

—Okey, pero deja la puerta entreabierta—Expresa su madre.

—¡Mamá!—Exclama Mamoru nervioso y cierra la puerta completamente; Kazemaru como espectador ríe.

—Tu madre es genial—Dice el defensa peliazul mientras Mamoru vuelve a sentarse a su lado.

—Si, aunque creo que no me tiene mucha fé—Responde el castaño—Pero soy un buen novio...¿no?

—Claro Mamoru, eso ni lo dudes—Responde Kazemaru antes de entregarle un beso corto.

Mamoru observa a su novio. De nuevo aparece esa sensación de querer decir tantas cosas y no saber expresarlas. Son emociones atrapadas en sus cuerdas vocales.

—Ichi, amm...—Endou forma una sonrisa nerviosa—Pues, me gustaría pedirte algo.

—¿Qué cosa?—Kazemaru sonríe con ingenuidad y ojos curiosos.

—¿Podrías...?—Mamoru toma un mechón sobre el rostro de Kazemaru—¿Soltarte el cabello...porfis?

Ichirouta cree que es una broma, pero cuando Mamoru no dice nada más, su expresión cambia a sorpresa.

—¿En serio?—Ichirouta toma su propia coleta—¿No te gusta?

—No no no—Mamoru le dedica una de sus clásicas sonrisas—Te ves lindo así, de hecho te ves lindo con cualquier peinado, sólo...amm, me gusta también cuando lo tienes suelto, y no recuerdo la última vez que lo ví así.

Kazemaru tuvo que procesar detenidamente cada palabra para entender lo que trataba de decir Mamoru. El portero, quien normalmente no suele sentir vergüenza, ya estaba listo para reírse y fingir que no hablaba en serio.

—Entiendo—Responde Ichirouta con una cálida sonrisa—La verdad es que últimamente no lo dejo respirar.

Entonces Kazemaru, en un único movimiento, suelta su cabello con agilidad y gracia. Su larga melena azul cayendo cual cascada sobre sus hombros mientras que su fleco cubre un poco más que su rostro.

Mamoru no sólo está maravillado, sino hipnotizado. Ichirouta es la única persona que Mamoru genuinamente cree que es guapo. Y verlo así sólo confirma esa idea.

—¡Qué lindo!—Exclama Mamoru con un brillo en los ojos—¡Gracias, te ves muy lindo!

—Me alegro que te guste—Expresa Kazemaru con el rostro sonrojado, sintiéndose halagado—Significa mucho para mi, Mamoru.

Endou, toma su rostro entre las dos manos y lo besa tiernamente. Kazemaru corresponde con los mismos sentimientos.

Mamoru entiende que cuando está con Ichirouta, no hay lugar para las inseguridades; ese sentimiento de sentirse querido por alguien, es algo que Mamoru Endou está dispuesto a proteger con toda su alma.

Fin