CAPÍTULO 3

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Sentía un dolor intenso de cabeza y además unas ganas tremendas de orinar, no quería pararme, puesto que estaba tan a gusto y la pereza que estaba en su máximo punto me detenía más, pero aún así tuve que hacerlo, ya no aguantaba mi vegiga.

Me pare de la cama y me asuste al ver a Ash profundamente dormido en mi alfombra, casi lo piso.

No terminaba entender porque se había  quedo ahí, le tome poca importancia y me dirigí al baño, hice mis necesidades, me lave los dientes y la cara para despertar un poco.

Cuando salí logré verlo sentado en la cama, subió la mirada y me sonrió, le devolví la sonrisa.

-¿Por qué dormiste en el piso? - pregunté sentándome a su lado.

-Quería protegerte, por si algo sucedía. - arque la ceja y solté una pequeña risa.

-Ash, no pasará nada.

-Caleb no me da buena espina Michell. - dijo serio. - Me da un mal presentimiento.

-Él no es un mal hombre Ash, yo sé que nuestros problemas se arreglaran y de verdad agradezco que estén aquí, son un gran apoyo para mí - intente tranquilizarlo pero negó.

-Es algo más, sé que algo está mal con él y... Si el se atreve a hacerte algo, juro que lo mataré, nadie puede tocarte Mich, nadie te hará daño, así me cueste a mi la vida pero tú estarás bien. - dijo con seguridad y yo me quede muda, jamás me había dicho algo así.

Solo pude agradecerle y decirle que fuéramos a desayunar y así lo hicimos.

Mientras desayunabamos, no dejaba de pensar en las palabras de Ashton, los dos estábamos comiendo en silencio, Caleb aún no me llamaba y a decir verdad esperaba una llamada de él, una parte deseaba hablar con el y arreglar las cosas pero ya no podía permitir esos celos tan obsesivos que tenía últimamente.

Nunca me gustó y él lo sabe, siempre se lo recalque cuando por alguna tontería discutíamos, nunca me gustaron sus celos sin motivo, lo amo con todo el corazón pero me amo más a mí.

-Vaya, parece un velorio aquí - Isabella se hizo presente - Dios mio, tengo una resaca del infierno - dijo tocandose la cabeza, le tendí las pastillas que me tome y así lo hizo ella igual.

-Hay fruta picada y jugo por si quieres desayunar. - le dije e hizo un gesto de disgusto.

-No amiga, muchas gracias pero ahorita lo que tengo es demasiada sed. - contesto.

-Igual hay cerveza en el refri. - dijo Ashton.

-Pero yo no tengo cerveza. - Dije, pues a mi no me gustaba la cerveza.

-Adivina quién la trajo. - Respondió Ash, haciendo referencia a que Isabella la había comprado, ella solo me dio una sonrisa y se a próximo al refrigerador. Tomo una y la destapó.

-Y bueno, ¿Qué haremos hoy? - pregunto Isa con entusiasmo.

Cuando íbamos a responder el timbre nos interrumpió, me pare enseguida y fui a ver quien era, bueno, sabía quien era, lo sabía por lo rápido que latía mi corazón, mis piernas flaquearon, quite el seguro y la abrí en par.

Caleb estaba frente mio, su perfume inundó mis fosas nasales, se veía tan fresco y apuesto. Casi se me cae la baba al verlo.

-Hola princesa. - dijo sonriendome.

-Caleb, no te esperaba hoy. - Mentí.

Asintió - Pues aquí me tienes princesa, tenemos que hablar.

Me quede quieta por unos segundos.

-¿Vamos a hablar o le pedirás permiso a tu maldito perro? - pregunto con burla y mire a mis espaldas, estaba Ashton con los brazos cruzados observandonos.

SIN LÍMITES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora