The Trinity of Time [ᴇᴍᴏ ᴛʀɪɴɪᴛʏ & ᴛØᴘ.]

Pizza

Todos los miembros de la trinidad del tiempo acabaron sus tareas justo a la hora de la comida. Tenían una costumbre algo particular: cada que iban a alguna misión, compraban comida que fuera famosa o favorita de la época a la que fueran. Probablemente, en el año 2015 la pizza estaba de moda, o por lo menos era lo que las personas comían con mayor frecuencia.

   —¿Quién va por la comida? —pregunta Patrick.

   —Yo no —dice rápidamente Brendon.

   —Tampoco yo —grita Patrick desde el sillón, acomodándose para ver la televisión.

   —Idiotas —Gerard abre la puerta y se dirige a la cuidad en el auto, luego de oír las burlas de sus compañeros.

   Por el otro lado, Frank estaba diciendo que quería comer algo, que estaba hambriento y que haría una huelga de hambre por el trato que la ESEU le daba.

   —No andes de quejumbroso, iremos a comer cuando acabemos esto. Será fácil —dijo Ryan.

   —Si no me llevas a comer le diré al socio del jefe que tendrás una cita con él.

   —¿Pizza o hamburguesas? —Ryan se desvía hacia el centro de la cuidad para buscar comida.

   —Pizza. Gracias, mi querido Jaime —dice Frank, mientras empieza a reírse junto a Pete como si fueran niños de preescolar.

   Gerard ya había llegado a una pizzería, probablemente fue la primera que encontró en el mapa que llevaba consigo. ¿Por qué decidió comprar pizza? Bueno, un niño como de 7 años le dijo que la pizza era genial y no lo dudó.

   Ryan, Frank y Pete llegaron a la pizzeria. Casualmente en la misma que Gerard. Esto fue como un efecto mariposa, sólo que el aleteo de la mariposa resultó una crítica de un niño y el huracán al otro lado del mundo resultó ser una interacción que lo iniciaría todo.

   El chico de cabellera negra y ojeras de casi tres metros veía los diferentes tipos de ingredientes maravillado, mientras los tres soldados entraron con algo de prisa.

   —Pide tu tonta pizza para iniciar la misión de una vez —Ryan empujó a Frank para que se apurara.

   Pero cómo Frank apenas se ve, fue empujado por más personas hasta que cayó encima de otro torpe chico que miraba fascinado un menú que mostraba los diferentes tamaños de pizzas.

   —¡Oye, mira por donde caminas! —gritó molesto el chico de ojos esmeralda.

   —No me hubiera caído si no estorbaras en el medio —nadie podía contestarle a Frank.

   Gerard lo vio sorprendido. No se le hubiera pasado por la cabeza que alguien tan pequeño respondiera a una agresión. Parecía un pequeño perro chihuahua molesto.

   —Bueno, no importa —Gerard se marchó hacia la fila para pedir su pizza.

   Frank se formó atrás de él. Pasaron unos segundos para que se le pasara el enojo, así que se retractó, ese tipo de cosas le resultaban difíciles pero quería hacerlo, un simple ciudadano no merecía ser tratado así por un accidente.

   —Lo siento —Gerard volteó a verlo—, a veces soy muy torpe. Soy Frank —le estrechó una mano.

   El pelinegro miró su mano dudoso, pero al final la tomó.

   —Gerard —se miraron un pequeño instante. Un leve rubor pintó el rostro de Way, le resultó tan extraña esa interacción que no sabía cómo continuar con la conversación—. Eh, ¿qué pizza me recomiendas?

   —Oh, bueno, a mi me gusta la pizza vegetariana porque no me gusta la carne. Pero si prefieres puedes comprar una de pepperoni, es la que todo el mundo pide.