INTERLUDIO II. LA OPORTUNIDAD. DESTINO DESCUBIERTO. UNA PRINCESA PERDIDA.

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Cómo el rey absoluto de la torre, no le preocupaba que un día alguien llegara y atacara el palacio para destruirlo o buscar matarlo, lo de Enryu fue meramente un espectáculo, algo que consideraba resolver pronto, los testigos de esa masacre solo debían quedarse ahí, sin salir y nadie podría entrar, si lo hacía, entonces las consecuencias eran que no saldría jamás.

Se rió de tal cosa, quería molestar a Arlene y a V creándose un altar ahí, pero fue un poco contraproducente, de cualquier manera, las palabras de Enryu causaron bastante ruido en su mente por unos días, tuvo que crear una distancia temporal con su esposa para poder ordenar sus ideas sin que ella fuera un factor más para estresarlo.

Bam era demasiado amable para su propio bien, el no tener a nadie más para hablar, hizo que fuera demasiado pegajosa con él y si bien sus atenciones eran disfrutables, también estaba el hecho de que su amabilidad llegaba a cansar, aunque no sucedía a menudo.

Pensó en la idea que había propuesto Gustang, ciertamente Bam quería mucho a las princesas y las amaba como a aquella primera hija que concibió sin vida, aún así, estaba malditamente empecinada en que alguna de ellas fuera su concubina y le diera el anhelo de su corazón. No podía evitar que un escalofrío de rabia recorriera su ser, el rey no estaba sujeto a las órdenes, deseos o caprichos de su esposa, sin importar que fuera la reina.

Todo marchó a corde al plan, todo estaba en el orden que debía, pero algo en el destino volvió a cambiar, y fue la aparición de la hija de Gustang y Blossom. Al ser reclutada como princesa, lo primero que demostró, fue su gran poder.

Venció al resto de candidatas sin mucho problema y con el respaldo de su familia, se hizo de gran renombre. Eso habría estado solamente bien, si no hubiera adquirido una segunda arma y lo hubiera presumido a la reina, ignorando la tajante orden del rey sobre ocultar el verdadero sentido de la competencia que se hacía al reclutar a las candidatas a princesas.

La intención de Gustang al enviar a su hija era muy clara, la razón de recolectar todas las armas sin embargo, seguía siendo incierto pero el rey podía preverlo. Si Enne realmente lograba recolectar las armas, tendría que cumplir la palabra de procrear con ella pero, la peor amenaza no sería ese hijo, sino la misma Enne. Bam querría criar a ese niño, pero él lo sabía, era imposible que no se desatara una guerra por eso.

El despertar de poderes como el suyo eran siempre algo que temer, semejante a lo de los príncipes, pero todavía aparentaba ir en calma, además, el secreto oculto en las armas parecía haber sido visible para todos, por lo que también tenía una idea más de a dónde quería llegar Gustang con ese plan.

La búsqueda constante de poder cegaba a todos, estar emparentados con él y la reina a través de un hijo, sería el detonante para una siguiente búsqueda de hacerlo tener más hijos por si el primero no sobrevivía a su ascenso en la torre.

La idea de tener algo semejante a un harén o el mero hecho de tener una amante, lo hacía enojar más que nada. Así que, pensando que debía hacer, resolvió usar uno de los espíritus de las candidatas perdedoras.

El resentimiento de las almas era increíblemente fuerte cuando morían anhelando algo que jamás podrían alcanzar, o que en vida les fue negado, pero esa candidata era especial, su odio había escalado a un grado tan alto, que parecía haber absorbido el rencor de todas sus hermanas y haberlo envasado en su alma. Cuando guardó esa alma tan particularmente resentida, sabía que lo usaría en algún momento, pero jamás imaginó que iría a ocuparlo tan pronto y de esa manera.

—Su alteza... —la fantasma se iluminó al ser invocada, parecía realmente feliz de verlo—. Su majestad... perdí. Lo siento tanto, perdí.

TOG: LA REINA DE JAHADWhere stories live. Discover now