Capítulo 16

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Japón, Orson.

Los compañeros comentaban ante Orson la jugada desastrosa que Elián había cometido con Yamasaki. Ambos se habían reunido para exponer sus intereses y finalmente llegar a un acuerdo. Acuerdo, por supuesto, que no estaba equilibrado, pues el griego salía claramente perdiendo. No solamente tenía que pagar una importante suma de dinero, sino que debía permitir que Japón importase sus productos, como era el caso del petróleo. Todo ello por la libertad de Anwen.

Elian había pasado las últimas dos horas siguientes encerrado en su habitación, sin querer recibir a nadie, pero él tenía algo importante que pedirle y se quedaba sin tiempo ya que debía volver a Londres, junto a Katie. Por ello, se separó del grupo y llamó a su puerta. Espero pacientemente, pero al no recibir respuesta, probó una segunda vez…

—Quiero estar solo.

Orson eso ya lo sabía, así que a riesgo de llevarse un jodido tiro entre ceja y ceja, abrió la puerta. Elián lo miró enfurecido para instantes después relajarse. Orson había pasado unas semanas fuera de Grecia, por lo que dada su insistencia quizá tenía información importante que darle.

—Sin duda, no debes apreciar tu vida demasiado, ya van dos veces en menos de un mes…

—Mi vida no vale nada, pero eso tú ya lo sabes.

—¿Qué quieres, Orson?

Ambos se acomodaron en el sofá de la sala. Sin duda, Elián tenía la mejor habitación del hotel y eso se notaba no solo en el tamaño, si no en la comodidad del mobiliario.

—Nakamura no ha dejado de mover ficha. Quiere llevársela a toda costa y le importará una mierda pasar por encima de mí.

—Es tú jodido problema. Viajaste a Londres a sabiendas de lo que sucedería…

—Y no me arrepiento, pero una vez más, necesito tu ayuda.

Elián lo contempló y por un momento, se vio reflejado en Orson. Él había dado todo por Anwen y parecía dispuesto a darlo por Katie.

—Te agradezco que hayas viajado cumpliendo así tu promesa, así que, habla… te escucho.

—Necesito que le digas a Yamasaki que controle a Nakamura. Entre vuestro acuerdo, hay un pacto de respeto entre bandas y Haruki…

—Katie no pertenece al clan.

—Pero yo sí. Elián, si no se detiene me importará una mierda que estalle una guerra.

—¿Por qué te importa tanto esa jodida mujer? ¿Todo esto por un mísero polvo?

En realidad, Orson sentía que salvándola, podía redimir un poco ese dolor que lo consumía por la muerte de su hermana, aunque también comenzaba a apreciar su cercanía.

—Orson, Yamasaki no tiene que responder ante la irresponsabilidad de uno de sus miembros —insistió Elián ante su silencio.

—Que no lo haga, pero haz que esté al tanto, porque de ser necesario lo aniquilaré con mis propias manos.

—Todavía pasaré unos días en Japón… Hablaré con él, pero no te prometo nada.

—Gracias —indicó estrechando la mano con su jefe.

—Eres un cabrón, ¿lo sabías? Sé que nunca me dirás nada, pero te conozco lo suficiente como para saber que ya te has tirado a la Thompson.

Orson simplemente se limitó a sonreír y abandonar la habitación de hotel de Argenis.

Londres, Katie.

Katie permanecía tumbada en la cama, contemplando el techo que no tenía absolutamente nada de especial; liso, blanco, frío… Estaba al borde del colapso. Llevaba horas allí encerrada y para variar, sola. Estaba cansada de la situación que se había generado con Nakamura, pero daba gracias de que sus padres se hubiesen mudado al pueblo, que estaba a miles de kilómetros de distancia. Con suerte, nada de aquello les salpicaria…

Katie: Espero que todo vaya bien… Oye, la próxima vez acuérdate de regalarme unos crucigramas.

Esperó horas hasta que obtuvo respuesta.

Orson: Mañana tomo el primer vuelo. ¿Esa es la manera que tienes de decirme lo mucho que me echas de menos?

Katie: Si lo hiciese, te lo diría sin contemplaciones. Buen viaje.

A continuación, buscó a Anwen en su lista de contactos y la llamó, tal y como solía hacer en reiteradas ocasiones. Su amiga inmediatamente lo cogió y ambas empezaron a hablar como hacía meses que no hacían…

—Lo raro es que no te haya pillado en un fantástico polvo con el griego…

—Ha tenido que viajar, ya sabes… Según él, negocios.

—Ya, pues dale las gracias de mi parte. Sé que mi vida le importa una mierda, pero es la única que tengo y aún me quedan muchas cosas por hacer…

—Kat, ¿de qué estás hablando?

—De Nakamura.

—¿Puedes explicármelo, por favor?

—Ya sabes, al parecer tu mafioso preferido amenazó a Nakamura con hacerme daño si te ponía una sola mano encima — El silencio sepulcral hizo que Katie tuviera que mirar la pantalla para cerciorarse de que no se había cortado la llamada — ¿An?

—Oye… lo siento, no tenía ni idea.

—No importa. Lo importante es que ambas estamos bien…

De nuevo las dos volvieron a quedarse en silencio. Katie porque callaba más de lo que contaba y Anwen porque le asqueaba la simple idea de que Elián hubiera actuado de aquel modo.

—¿Crees que podremos volver a vernos pronto? —preguntó Katie con cierta angustia.

—Espero que sí, Kat. Espero que sí…

El amigo del jefe de la mafia #2 | Erótica + 21 | Completa ✅Where stories live. Discover now