Capítulo 4: Descubriendo las cosas por primera vez.

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Cerca de las 3:00 am, la rubia dejaba en la puerta del hotel a Natalia, con la promesa de que pasaría el día con ella como le había pedido.

—¿Te parece si paso a buscarte a eso de las once?... Así te da tiempo a dormir un poco más.

—Vale. ¿Alguna pista de lo que vamos a hacer? Necesito saber si debo llevar algo en especial...

—Mmm... "Riñonera, zapatillas cómodas y poco más." — Respondió la rubia, pensándolo un poco. —Ah, y será mejor que no lleves falda esta vez. Estarás más cómoda así.

—¿Enserio no me vas a decir lo que vamos a hacer? — Alzó la voz la navarra, fingiendo indignación.

La rubia se mordió la sonrisa.

—"Ya lo verás mañana"... Descansa. — Se acercó hacia ella para despedirse y cuando estuvieron a punto de unir sus labios, la morena, guiada un tanto por la presión de estar en plena puerta del hotel y otro tanto como castigo por no adelantarle nada sobre la salida del día siguiente, giró ligeramente el rostro y ambas terminaron besándose la comisura.

"Esperaré a mañana, entonces..." — Y con esto se dio media vuelta y entró al hotel, dejando a la rubia con ansias de más.

——

Por la mañana, Alba bajaba las escaleras de casa, 'fresca como una lechuga' y de un buenísimo humor. Vestida con un jersey delgado tie dye en colores claros, un peto vaquero corto color azul y unas vans slip on a cuadros blancos y negros.

—¡Buen día mi amor! ¿Has puesto café?... "Voy a robarte un poquito." — Anunció a la vez dejaba un beso en la coronilla a su hermana, para después coger una taza para servirse un poco del oscuro brevaje. Todo esto mientras silbaba las notas de una melodía inventada.

"Sí es que, es lo que tiene follar." — Comentó Marina, apretando los labios. La rubia casi se atraganta con el pedazo de tostada que acababa de morder. —No me interesan los detalles, pero ¡ya mismo me estás contando ¿qué tanto habéis hecho anoche que no llegaste a dormir?!

—¡Dios, Mini, no seas bruta!, sí que he llegado... — Se defendió.

—"A las 4 de la mañana..."

—Sí.

—"Y estuviste con ella..."

—... Sí.

—"Y no habéis follado", ¡Claro, y yo soy la Margot Robbie!, ¿No te jode?

—¿Quién?... — Preguntó la rubia mayor sin importarle en lo más mínimo quien era Margot Robbie, pero tratando de distraer a su hermana para salir del paso. Si le confesaba que pasó toda la madrugada en un banco dentro de un parque, conversando y comiéndose los morros con Natalia, cual par de adolescentes hormonadas, la molestaría toda la vida.

—Da igual, ¡No me cambies de tema, Tata!... "Natalia Lacunza está a nada de convertirse en mi cuñada, si no es que ya lo es..." ¡Y yo necesito ser la primera en saberlo, jopé!

—Deja de decir tonterías, Mini... ¡No pasó nada! — Esquivó el tema nuevamente, y mirando la hora en el teléfono, apuró el último trago de café para después salir corriendo. —Me voy, "no me esperes que llego tarde hoy también"... Y si sales de fiesta avísame antes de irte y al regresar, ¿vale?...

Y sin esperar a recibir respuesta o pregunta adicional de Marina, salió huyendo de casa, cogiendo las llaves, un diminuto bolso y las gafas de sol. Quedaba media hora todavía para ir a recoger a la morena en el hotel, pero debía hacer una escala antes.

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