• ° Make you mine ° •

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Armin nunca fue un niño miedoso.

Aún cuando los abusones del barrio lo habían golpeado hasta dejarlo en el suelo, Armin nunca se ocultó, nunca dejó que sus ideales se perdieran, siempre siguió adelante, clamando con orgullo que él gano porque no huyó.

Pero incluso los más fuertes perdían batallas y se derrumbaban, y Armin no era la excepción.

La primera vez que eso sucedió, Eren estaba sorprendido, aturdido incluso, cuando vio a su amigo derrumbado fuera de su casa, su mirada perdida y ojos desenfocados derramando lágrimas por todo su rostro. Estaba en el suelo, como si sus piernas no pudieran soportar su peso lo cual era absurdo porque Armin no pesaba casi nada.

- ¿Qué pasó? - Preguntó Eren intentando sonar calmado, pero en sus ojos brillaba un fuego mortal capaz de destruir al mundo si algo le sucedió a su rubio amigo.

- Mis padres... - Sollozo Armin, sus ojos llenándose aún más de lágrimas y su voz rompiéndose. - ... Se han ido.

Ahora, Eren Jeager nunca ha sido particularmente bueno con las emociones, y siendo un niño de apenas 8 años y medio era mucho más difícil saber como actuar con su mejor amigo. Con su corazón confundido Eren se sentó junto a Armin y tomó su mano con suavidad.

El rubio se sobresaltó ante el repentino toque, pero no lo soltó en absoluto, dejando que la cálida mano de Eren sostuviera la suya con cariño. No hicieron falta palabras para que Armin entendiera a Eren, el mensaje de "Siempre estaré aquí contigo" Era fuerte y claro.

Ambos se sostuvieron por el resto del día, hasta que la noche llegó y tuvieron que decirse adiós.

Después de aquel día, siempre que uno de los dos se sentía mal, sólo bastaba con tomarse de la mano para comenzar a sanar, al menos por ese día, y todo era mejor aunque fuera por un rato.

Siempre que lo necesitaban.

Ese día fue uno de esos.

Era uno de esos extraños días en que Eren estaba callado, su mirada perdida y cansada reflejando el peso del mundo que ha tenido que cargar en sus hombros. En sus primeros días de cadetes era una vista muy inusual, las burlas de Jean, Connie y hasta Sasha eran de esperar pero tras tanto tiempo luchando era más normal que lo dejarán solo.

Eren se encerró en su habitación, acostado en su cama con clara intención de ignorar al mundo que lo rodeaba por un buen rato. Peroz el ruido de alguien tocando a su puerta destruyo sus planes.

Con molestia, Eren se levantó de su cama y camino hacia la puerta esperando ver el rostro de Mikasa o incluso el de el capitán Levi, solo para ser sorprendido por la determinada mirada azul del amor de su vida.

Sin esperar un momento más, Armin tomó la mano de Eren y lo jalo con una fuerza inesperada haciendo tropezar al castaño más alto. Con rapidez, Armin los guió fuera de la base militar en la que vivían y caminó por el bosque a su alrededor.

El camino que Armin trazó era poco familiar para Eren que usualmente pasaba sus días entrenando o descansando en la ciudad más cercana con los demás. Y entonces el ruido de agua llenó sus oídos.

Frente a ellos, una pequeña laguna brillaba gracias a la luz del sol reflejado.

- Quizás no es el océano. - Dijo Armin con suavidad, sus ojos brillantes como siempre y su mano sosteniendo suavemente la de Eren. - Pero aún podemos imaginarlo.

La sonrisa de Armin era brillantemente cegadora, haciendo que el corazón de Eren latiera con fuerza en su pecho y su rostro se calentará.

La joven pareja se sentó en la orilla, dejando sus botas a un lado para dejar que el agua de la laguna acaricie sus pies. Sus manos nunca se soltaron.

- Eren... - Murmuró Armin con suavidad, su rostro solemne y mirada dulce. - Sabes que siempre estaré para ti, ¿Verdad? No importa que pase, yo sostendre tu mano.

Lentamente, Armin acercó su rostro al de Eren, esperando pacientemente por un rechazo o su aceptación.

- Nunca me sueltes.

Susurró Eren antes de inclinarse y finalmente besar los suaves labios de su amado, su primer beso.

Era una promesa.

Our Dreams... • Eremin • A Flufftober SpecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora