Capítulo 23

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La alfa entró a la habitación
tanteando todo a su alrededor en
la oscuridad, no había querido
encender la luz en ese momento
porque sabía que sería una
molestia para sus ojos y los de
la bebé, quién en ese momento
lloraba desconsoladamente, de pie
sosteniéndose de las barandas de
su cuna, no sabía la hora pero sabía
que era realmente tarde y en ese
momento sentía que estaba más
dormida que despierta.

-Estás insoportable-susurró hacía
la cachorra antes de tomarla en sus
brazos, llevándola consigo hacía su habitación.

Sin embargo, la bebé no dejaba de
llorar a pesar de ya estar junto a
su madre, y debido a esos llantos
cualquiera podía pensar que podría
estar enferma o que le dolía algo,
pero sus madres sabían muy bien lo
que su hija tenía.

Cuándo la omega había dicho que
no había más leche para ella estaba
hablando en serio, una semana se
pasó sin que la pequeña recibiera
siquiera una gota, lo cual había
ocasionado escenas como estas,
en las que se despertaba en medio
de la madrugada deshaciéndose
en llanto, así como también
se la pasaba de mal humor
comportándose mal.

Wednesday se recostó en la cama con la cachorra hipando, pero al sentir más de cerca el aroma de su madre se soltó a llorar nuevamente, la alfa suspiró cansada, eran apenas
primerizas que no estaban sabiendo lidiar con una situación como esa.

-Amor, por favor-pidió, su voz
ronca dejaba en evidencia su
cansancio- Dale.

Enid inevitablemente había
despertado por el escándalo de
su hija, pero se negaba a hacer
algo al respecto, por supuesto que
algo dolía en su interior al oírla
de esa forma, pero creía tenía que
ser más estricta con respecto a la
decisión que había tomado, en
algún momento Yoko tendría que
acostumbrarse.

-No se trata de hacerlo para que
deje de llorar Wednesday, volverá a
acostumbrarse y entenderá que
si llora obtendrá lo que quiere
-respondió esta, abrazando a su bebé ya recostada en la cama
pero sin dejar de llorar, agradecía
que las casas en su vecindario no
estuvieran demasiado cerca entre
si, porque ya hubiera recibido
demasiadas quejas por su bebé
llorona.

"¡He estado teniendo pesadillas! ¿No tienes compasión por tu bebé?"

-Curiosamente hoy vi una
campaña en la televisión, alentaba a amamantar a los bebés al menos
hasta los dos años-contó la mayor
-La bebé no tiene ni uno aún.

-Yo creo que eso depende de la
madre a cargo del amamantamiento ¿no crees? - respondió Enid- Para ti es fácil decirlo porque no eres a quién le toca hacerlo.

"Soñé que otros bebés se tomaban mi leche, fue horrible"

Enid podía escuchar a su bebé
sollozando bajito, su loba en el
interior aullaba, sabiendo que
su hija necesitaba de ella, quizás
Wednesday tenía algo de razón en lo que decía, su intención no era causarle problemas como ese a la cachorra, pero en su mente la solución había sido esa, pensando que en algún momento solo pararía de llorar y todo estaría solucionado.

-¿No lo estás diciendo sólo porque
ya quieres dormir?

-No... Bueno sí-admitió la alfa- Pero
también pienso que es así, está
acostumbrada a recibir algo, si se lo
quitas de forma repentina es lógico
que su reacción no sea para nada
buena, de todas formas cada vez
está comiendo más sólidos, puede
ser que hasta ella misma decida
dejarlo.

"A veces me enorgullezco de ti mi
querida mamá"

-¿Qué sugieres entonces?

-¿Qué tal si le das sólo para dormir?

"Acepto ese trato"

-Mamá-llamó la pequeña,
tratando de persuadirla de igual
forma.

La omega suspiró y comenzó a
hacer de lado su camisa, esperaba
estar haciendo lo correcto.

-Pero si me muerdes otra vez,
si será definitivo, no importará
cuanto llores, ¿entendido?-en ese
momento balbuceó y Enid sintió
como si estuviera respondiéndole.

Se inclinó un poco dejando un beso
en su pequeña frente y la acercó
para dejarla alimentarse.

"Ahora sí, a mimir"

BABY THOUGTHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora