03| Teachings

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Refregaba fuerte su cuerpo mientras lágrimas caían por sus mejillas sin parar. Había tenido una pesadilla se despertó de golpe sintiéndose sucia, tenía que bañarse hasta que su piel quedara roja y no quedara ratro de ese hombre que la tocaba en sueños.

Escucho como tocaban la puerta y ella intento aguantar el sollozo no quería ser una carga. No más de lo que ya era. Sin embargo él llanto la delató.

— Michelle, cariño ¿te encuentras bien? — La voz de Polly preocupada hizo que empezara a llorar más fuerte. — ¿Puedo pasar? Podemos arreglarlo juntas, ya no hay necesidad de estar sola.

Entre lágrimas Michelle le dijo que si, aunque casi no se le entendía. Polly entró al baño y se sorprendió al ver lo roja que estaba su piel. Se acercó a ella y le sacó la toalla con la que probablemente se había tallado durante muchos minutos hasta dejar su piel demasiado roja.

— Así solo te lastimaras. Levántate. — la niña se levantó del tacho que usaban para bañarse mientras que Polly la empezaba a secar. — ¿Quieres contarme qué es lo que te pasa?

— No quiero. — Le dijo mientras esquivaba la mirada de Poly sobre ella.

— No te obligare, tranquila. — Polly empezó a ayudarla a ponerse la ropa.— Se de todo por lo que pasaste, quizás no se como se siente porque viviste situaciones demasiado distintas. Pero no debes dejar que eso te atormente de por vida tómalo y hazte más fuerte. Nunca más dejes que te toquen.

Salieron del baño y la mayor le empezó a preparar el desayuna para ella y Finn. El niño quería jugar con ella pero no sabía muy bien cómo hacerlo.

— Después de desayunar ¿Quieres ir a jugar a las escondidas? — Le preguntó bastante emocionado.

— ¿escondidas?

— Si, uno se esconde mientras que el otro está contando. Cuando el que cuenta termina te tiene que buscar y vos tenes que ir al lugar en donde se estaba contando y tocarlo.

— Nunca jugué, pero podemos intentarlo.

— Jugaremos con mis amigos, las primeras rondas estaremos juntos no te preocupes. Será muy divertido.

Después del desayuno Finn arrastro a Michelle a la calle para jugar con los amigos que tenían. Eran seis niños más además de ellos, fueron bastantes amables con su nueva amiga y no dudaron en ningún segundo en incluirla al grupo.

El niño llamado Tom fue el primero en contar después de perder en el piedra, papel y tijera. Finn le agarró la mano a Michelle y ambos empezaron a correr.

Una sonrisa se deslizó en la cara de Michelle.

— Siempre me escondo aquí. — le dijo cuando se escondieron en un callejón.

A million men¹ | Peaky Blinders Where stories live. Discover now