26: Lamentar

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Pov Peridot.

No quería ser maleducada así que pedí lo más barato para que me dieran y lo hicieron para llevar. Una bolsa de wantán frito fue lo que elegí, es algo que no me agrada del todo pero como tengo hambre y no dispongo de tanto dinero no hay más opción.

Salí del restaurante para ir directamente a una parada de buses que me llevaría a casa. Caminé dos cuadras y llegué, me senté, esperé pacientemente mientras veía mi teléfono y comía un poco; de vez en cuando observaba mis alrededores por si me cruzaba a alguien conocido y si ocurrió, pero no podía creer lo que estaba viendo.

Frente a la parada y unos 3 locales más había un restaurante italiano en el cual vi salir a la maestra y alguien más. Me levanté del asiento de la parada de buses para divisar bien y la otra persona era nuestro profesor. Andaban en el auto de Lapis, ella se subió y luego desbloqueó la puerta del copiloto para que se subiera él. Echó a andar el vehículo y venían hacia este lado...

No sé porque hice esto pero me escondí detrás del letrero publicitario que está en la parada de buses, no quería que ninguno me viera de casualidad. Cuando se fueron sentí una presión en mi corazón y un montón de dudas.

Porqué estaban en un restaurante?

Agh! No creo que sea algo más allá, intuyo que es relacionado a la escuela. 

Mi maestra no es así.

Dejé de darle importancia y confié en ella. Al minuto después llega el bus y me subo, cuando llego a mi calle me bajo y camino unos metros para llegar a casa de Margaret; me quedé en la reja frente al timbre. 

Me costó tocarlo pero lo hice.

Quien salió fue su madre. Me reconoció de inmediato.

—Peridot como has estado!—Me habló muy sonriente.— Quieres entrar?

—Hola tía July, no es necesario. Venía a ver a Margaret, se encuentra de casualidad?

—Ah pues... Está trabajando y en un rato iremos a buscarla con mi esposo.

Que demonios.

Se supone que la otra mesera me había dicho que estaba acá, a no ser que... Ya entendí.

Que rabia!!

—Entiendo... Perdón, no sabía que estaba trabajando.

—Oye pero no gustas tomar algo?

—No tía gracias, no quiero molestar.

—Está bien.—Me entrega una revista.—Toma. Para que nunca te falte dios.

Era de esas revistas religiosas donde hablan de ciertos párrafos de la biblia. Si, la madre de Margaret es muy cristiana en ese ámbito.

—Gracias tía.—Sonreí.— Que tenga una buena noche.

—Igualmente hija. Cuando quieras ven a vernos.

Realmente quería hablar con ella y que me confirmara todo lo que dijo Amatista, pero ni modo, tendré que esperar.

Estaba caminando hacia mi casa por la acera de siempre, y al frente donde está la parada de buses veo que alguien se baja de un bus que se paró ahí, el bus se va y veo que era Margaret. Era una gran coincidencia poder encontrarme con ella y que me confirma que no había ido a trabajar, ya que ella sale casi a las 23 hrs y apenas son las 20.

Corrí hasta el frente, cuando pude divisar su rostro estaba completamente apagado, incluso parecía haber llorado.

—Margaret, hey!!

El delirio de la madurez [Lapidot]Where stories live. Discover now