EL INVOCADOR DE LA OSCURIDAD (TERCER LIBRO DE LA SAGA AES)

16. Mike Wazowski

Kellan

Todos tenemos máscaras, algunos saben ocultar muy bien las suyas y otro simplemente le es difícil mentirse a sí mismos y mentirle a los demás. Pero ¿Quién soy yo? ¿Soy el chico que muestro en redes sociales? Ese que siempre es carismático, alegre y amigable. Ese que tiene muchos amigos o... ¿Soy el hijo fracasado que nunca puede superar las expectativas de sus padres? Digo, míreme a mí y miren a mi hermano. Todo, absolutamente todo... lo hace bien, siempre ganó el primer puesto en cualquier competencia en la que se involucra, fue el mejor estudiante, el mejor en su universidad, ganó becas para estudiar en el extranjero.

Fútbol, natación, boxeo, equitación... No importaba qué deporte practicaba, siempre era el mejor. ¿Y yo quién soy? El hermano atractivo y carismático, pero sin talento. Mis padres lo saben, dicen que solo soy bueno para presumir en una buena foto... nada más.

Las chicas me ven como objeto, algo que deben tener para demostrar que son mejores que las otras chicas y mis amigos... bueno. Ahora solo me atrevería a etiquetar a Bradly con ese título. ¿Les digo la verdad? Antes de buscar a Bradly, le pedí ayuda a mis supuestos amigos, con los que tengo mil historias en redes sociales, con los que salgo a fiesta, los que siempre les gusta tomarse foto conmigo ¿Y saben qué ocurrió? Me sacaron excusas, me dijeron que estaban ocupados.

¿Quién soy? Si me pregunta ello y soy sincero, soy la sombra de mi hermano, soy un fenómeno que ni siquiera es capaz de amar y desear como un chico normal. Me gustan las redes sociales, porque solo ahí siento que le importo a los demás, que los demás me ven como Kellan, el chico al que le gustan los caballos, le gusta hacer accesorios y simplemente odia matarse estudiando para siquiera alcanzar las notas ejemplares que tuvo Nix. Solo una parte de ese chico detrás de la pantalla soy yo.

— ¿Podemos hablar?

No hace falta que lo vea a los ojos, sé que el que me habla es mi hermano, sé que ahora está en la entrada de esta habitación mirándome con preocupación. Por qué el imbécil es perfecto hasta en eso, es un buen hermano y siempre se ha preocupado por mí.

— ¿Me vas a regañar y regresar a casa? — me quite la sábana de mi rostro y lo mire.

Aunque no estuviera es su típica vestimenta elegante, seguía viéndose perfecto e impecable.

— ¿Quieres que haga eso? — suspiró y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

¿Qué quiero? Sinceramente, solo quiero dejar de preocuparme por ser exitoso, realmente siento que nunca podré ser lo suficientemente bueno. No soy como Nix y nunca lo seré.

Estoy cansado de intentarlo, quiero vivir, sobrevivir con mis pequeñas cosas. No quiero comerme el mundo entero, no quiero que mi nombre esté en el primer lugar, porque si logro estar ahí significa que debo esforzarme el doble, triple para no bajar en esa posición.

Quiero simplemente... no hacer nada.

— No quiero ser líder.

— ¿De verdad? — preguntó Nix sorprendido.

Claro que estaba sorprendido, ante los demás solo me mostraba interés por ser líder. Todos veían lo mucho que me estaba esforzando y bueno... si me estaba esforzando en conseguirlo. Pero no porque yo quería eso, solo quería... que mis padres estuvieran orgullosos de mí. Solo quería ser mejor que Nix.

— Quiero seguir con el proyecto, siento que si tengo más tiempo... puedo hacer algo mejor. Arreglar las cosas que el jurado me critica y Alaia cree que podemos lograrlo— había hablado con Alaia y ella no parecía desmotiva, ella era de las pocas personas que me tenía fe, que creía que estaba haciendo algo realmente bueno.