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PRÓLOGO

POV: Carme

28 / 02 / 2023

— Entonces, ¿te apuntas? — Me dijo él.

Yo no me lo podía creer, esta propuesta no me parecía normal. Es decir, a mí me hacía mucha ilusión, pero no pensaba que esta fuese una pregunta que se tuviese que contestar a la ligera, necesitaba más tiempo para pensar.

— Es que... no lo sé... déjame hasta mañana por la mañana para decidirme, por favor — Le dije finalmente.

— Mañana a las 10:00 como tarde, ¿Vale? — Me propuso para que yo pudiera decidirme

— Perfecto, gracias — Le sonreí.

Seguimos caminando por el parque mirando la naturaleza. Estábamos en silencio, pero no era un silencio incómodo, todo lo contrario, era muy agradable. Empezó a llover muy poco y ninguno de los dos traíamos paraguas.

— Lo siento...— Dijo de repente justo cuando yo estaba con las manos encima de mis cejas para no mojarme las gafas. Lo miré fijamente y me empecé a reír.

— ¿Por qué, por mojarnos un poco por la lluvia? — Seguí riendo, pero él estaba muy serio, incluso estaba a punto de llorar. En eso paré de reír. — ¿Estás bien? ¿Qué pasa? — Pregunté preocupada.

— No... es que... siento que te estoy presionando con el tema. — Terminó confesando

— No, no te preocupes, soy yo la indecisa, y no es porque no quiera venir la verdad. — Él me miró atento esperando lo que iba a decir a continuación. — Me apetece muchísimo, pero es mucho tiempo y con las clases y todo... a ver, sé que tengo las clases online, pero de todas maneras no sé si se me va a hacer muy complicado, la verdad. — Lo miré y luego bajé la cabeza. — Si vengo tengo la sensación de que si no me lo preparo mucho os impediré hacer muchas cosas...

— Qué va, bueno, no lo se puede, pero si vienes las cosas que hagamos serán mucho mejor contigo. — Lo miré y me empezó a latir el corazón muy rápido. — Estos tres días te has preocupado mucho por mí y me has ayudado mucho psicológicamente, incluso has venido. Aún faltan dos semanas y media. Piénsatelo y si al final decides venir yo te podré ayudar, cuando vuelva de Tailandia, a preparar apuntes, o lo que necesites para que te sea más fácil poder venir. — Cuando escuché esas palabras lo abracé muy fuerte.

— Muchas gracias — Dije y le miré a los ojos — De verdad — Me volví a pegar a él.

En eso había parado de llover y nos sentamos en un banco de piedra de allí cerca. Apoyé mi cabeza en su hombro, mejor dicho en su brazo, ya que era unos 20 centímetros más alto que yo. 

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Bueno, no sé si os apetecerá leer el libro, pero espero que os guste.

Besitos, <3