CAPÍTULO CUATRO

321 39 1
                                    

—Ahora mira sobre mi hombro izquierdo y trata de mantenerte quieto— dice el doctor mientras le enciende una luz en el ojo a mi esposo. 

Estoy sentado en un rincón de la habitación observando cómo revisa a mi esposo. El Dr. Jung Woo Young se graduó como el mejor de su clase y de su residencia en Johns Hopkins hace poco menos de un año. Hay cientos de artículos detallando por qué es uno de los mejores neurólogos del país y supe que él era al que quería aquí para cuidar de Jimin. No me dolió que no tuviera ningún hijo o familia que lo atara a Chicago, y fue bastante fácil convencerlo de que viniera a la isla y cuidara de mi esposo. 

— ¿Algún mareo, visión borrosa, pérdida de concentración?— El Dr. Young pregunta. 

— ¿Aparte de no saber mi nombre o dónde estoy?— bromea mi esposo, y los ojos del doctor se suavizan. 

—La mente sigue siendo una cosa tan complicada que desgraciadamente no sabemos todo sobre ella. Pero como hemos hablado, es mejor que vuelva a ti naturalmente que tratar de forzarla.

—Me acordé de algo anoche— ofrece, y sus mejillas se calientan cuando me mira. 

—Mi apodo— digo, manteniendo mis ojos en Jimin. 

Anoche me quedé encima de las mantas pero aun así me las arreglé para envolverme alrededor de él toda la noche. Dormí un rato, y en ese tiempo fue tranquilo. Pero cuando me desperté y él estaba encima de mí, fue más de lo que podía soportar. Inventé una excusa para ver al doctor a primera hora y nos saqué de la cama antes de que pasara algo más. 

—Eso es genial— alienta el Dr. Young. —Tómense su tiempo y hagan cosas juntos. Cuanto más hablen y compartan, más oportunidad tendrá su mente de sanar. — Aprieta el hombro de Jimin y sonríe. —Pero volverá. 

—Gracias, doctor— Me levanto de mi silla y le doy la mano a mi esposo. Él lo toma antes de deslizarse de la mesa y salimos de la enfermería. 

— ¿Ahora por fin puedo hacer ese recorrido por la isla?— pregunta, inclinándose a mi lado. 

—Sí, y luego iremos a desayunar. — Beso la parte superior de su cabeza y cierro los ojos, tratando de absorber cada onza que pueda  de él. No es suficiente, pero tengo que ser paciente. 

Justo cuando nos dirigimos a una fila de carros de golf, veo a San de pie cerca con el ceño fruncido. 

—Ve y elige en cuál quieres montar. Necesito hablar con mi hermano. — Beso su mano antes de soltarlo, me sonríe y se acerca a los carros. 

Cuando llego a donde está San, me mira como si se sorprendiera de que esté aquí. ¿No acaba de verme salir del edificio? 

— ¿Qué te pasa?— Digo, mirándolo de arriba a abajo y viendo que está visiblemente molesto. 

— ¿Otro chico? ¿En serio, Jungkook?— Aprieta los puños y luego cruza y descruza los brazos como si no estuviera cómodo en su piel. —Dijimos que nada de personas al azar, sólo esposas o esposos. Estás arruinando todo lo que hemos construido.

—No lo traje aquí para festejar, es el doctor de mi esposo. — Me muevo cerca de él, mi propia rabia surge. Tal vez no arreglamos las cosas en el avión como yo pensaba. —Y te mantendrás alejado de él.

—¿O qué?— Levanta la barbilla. 

—Si realmente quieres enfrentarte cara a cara, hagámoslo. Pero si haces que el doctor se se quiera ir de aquí o le impides cuidar de mi esposo, te las verás conmigo. Lo único que me importa ahora es asegurarme de que mi esposo recuerde quién soy y que me ama. Ese hombre de ahí...— Señalo la puerta de la que acabo de salir. —Él es el que va a hacer que eso suceda, y no dejaré que ni tú ni nadie se interponga.

MEMORIES🏝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora