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Atsushi se levantó con un bostezo mientras intentaba asimilar en qué mundo estaba, ayer se había dormido tarde, no recordaba el porqué... no importaba, ahora tenía que levantarse.

Se vistió y fue a la cocina con su abuelo a desayunar, era su rutina diaria, aunque a veces su abuelo se marchaba temprano, pero le gustaba más cuando él estaba.

-buenos días Atsushi-

-buenos días abuelo, ¿Qué tal estás hoy?-

-muy bien mi niño, ¿Cómo estás tú? se te notan algunas ojeras, ¿Has dormido bien?-

-sí, tranquilo, es que la escuela me tiene un poco abrumado, pero ya me iré acostumbrando-

-así será, y hablando de eso, come rápido y lávate los dientes o se te hará tarde-

Atsushi le asintió sonriente y se apresuró a comer, se lavó los dientes y se marchó a la escuela, vivía a tan solo dos cuadras así que podía ir caminando.
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Iba llegando con una sonrisa (como siempre) hasta que vió a su compañero de asiento y su nuevo "amigo" Akutagawa, y obviamente, se le ensanchó más la sonrisa.

Apresuró el paso para llegar a su lado y saludarlo antes de entrar.

-hola!- saludó Atsushi con gran alegría, y su típica sonrisa alegre y dulce, sonrisa que Akutagawa ya no soportaba, no sabía por qué esa sonrisa se le había vuelto tan... Irritante, sí, eso era, tan irritante que le producía un tipo de malestar verla.

-hola...- el azabache se alejó lentamente de su contrario mientras iban a sus casilleros.

-hey... ¿Tienes algo que hacer después de clases?

-sí...- iba a decir que tenía que alistarse para una cena importante, pero se acordó que el albino también iba a ir -no...-

-te iba a preguntar sí... Si querías salir conmigo después de clases, supongo que sabes que con mi abuelo iremos a cenar a tu casa así que... pensé que podríamos llegar juntos.

-sí tú quieres...- tal vez si su papá veía que ya había tenido un contacto amistoso con otra persona dejaría de preocuparse por él.

-¡Bien! Entonces nos vemos después de clases.

Atsushi se apresuró a llegar a su asiento, no lo culpen, está emocionado, mientras que Akutagawa no sabe en qué se acaba de meter, no cree que nada vaya a pasar mientras salen un rato ¿No?
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El día pasó muy lento según Atsushi, estuvo toda la jornada impaciente, era la primera vez que salía con un "amigo" en la nueva ciudad. Mientras que para Akutagawa el tiempo pasó más rápido de lo que hubiera querido, no sabía que harían después, nunca había salido con nadie, no es que estuviera asustado, claro que no, pero tampoco estaba muy tranquilo que digamos.

Ya sea lento o rápido el tiempo pasó, las clases terminaron y Akutagawa estaba junto a los casilleros esperando al de cabellos blancos.

Atsushi llegó brincando de alegría viendo con emoción al azabache esperándolo.

-¡hola! ¿Nos vamos?-

-claro, ¿Adónde?-

-a tomar un helado, o pasear por el parque, o ambas- hablaba el albino con alegría.

-eso está bien, supongo...-

Salieron y caminaron un rato en dirección hacia la tienda de helados, Atsushi hablaba hasta por los codos mientras que Akutagawa se quedaba en silencio y asentía lentamente. Llegaron y se demoraron más de media hora en elegir (gracias, Atsu).

-me gusta mucho la vainilla, pero el chocolate también, pero la menta es deliciosa, ¿Qué tal chocomenta?-

-lo que sea está bien-

-¿a tí qué te gusta?-

-no lo sé, no como helado-

-¿Es una broma, no?-

-no...-

-¡¿No?! Imposible, entonces tienes que probar el de crema y galletas, es de mis favoritos, apuesto a que te gusta-

-bueno...- Akutagawa elevó los hombros en señal de desinterés, solo pensaba en llegar luego a casa.

Atsushi y Akutagawa compraron sus helados y salieron la parque para comer, el albino dijo que sabían mejor al aire libre.

-¿Y qué tal?-

-mmm, pues nada mal- era delicioso, Akutagawa nunca en su vida había probado tal maravilla, pero sabía disimular la emoción.

-que bueno que te gustó- Atsushi le sonrió con esa sonrisa brillante y emocionada, esa sonrisa que hacía que el de cabellos oscuros se llenara de confusión y algo parecido a un malestar, esa sonrisa que odiaba pero le encantaba ver.

Akutagawa Ryūnosuke era un hombre solitario, no tenía amigos porque no le interesaba, hablar con gente le molestaba, para él, todos eran unos metiches que fingían caras amables para poder relacionarse con él o su familia, solo por el dinero, claro, pero Atsushi... Él... Él era diferente, su sonrisa grande y brillante no sé veía para nada fingida, era alegre y honesta, pero lo más importante es que se la dirigía a él, esa expresión brillante que lograba cautivar a todos era dirigida a él, eso no pasaba nunca, pero nunca, y ahora que un "desconocido" lo haga es... Raro.

Como sea, esa sonrisa hermosa le hacía sentir fatal, esto tenía que detenerse ya.

-puedes... ¿Dejar de hacer eso?-

-¿Hacer qué?-

-eso que haces siempre...-

-¿qué cosa? ¿De qué hablas?-

-eso que haces con la boca todo el tiempo, es raro-

-te refieres a... ¿Sonreír?-

-ajá, eso-

-¿Por qué? ¿Tiene algo de malo mi sonrisa?- no lo entendía, siempre le habían dicho que tenía una sonrisa muy linda, ¿Será porqué enseña los dientes? ¿Por qué a Akutagawa no le gustaría su sonrisa? Quizás sí debería dejar de hacerlo cerca de él... Osea... La mayor parte del día.

-es que... Es muy... ¿Brillante? No lo sé, brilla casi como un sol-

...

¿Le acaba de decir que brillaba como un sol?

La cara de Atsushi se había puesto no un poco sino muy roja, antes le habían dicho que era "radiante" aunque solo fueron ancianos, pero ahora venía Akutagawa a decirle que "brillaba con un sol" ¿Qué significa eso? Acaso... ¿Le llamaba la atención o algo así? No, imposible, pero...

-a-ahh... Ok... E-está bien, lo siento...-

El albino ahora estaba comiendo su helado con la cara como un tomate y una expresión claramente nerviosa (gracias a Dios que Akutagawa no sabía identificar emociones en base a "caras").

-bien, se hace tarde, debemos arreglarnos para más rato, te veo en mi casa, adiós- El azabache se levantó acarició la cabeza del contrario. Segundos después se dió cuenta de lo que había hecho.

"¿Por qué hice eso?"

-sí... A-adiós...- el pelinegro asintió y rápidamente se fue.

Así terminó el pequeño encuentro de los dos adolescentes, ambos con las caras sonrojadas y un sentimiento de nervios con origen desconocido, al menos para ellos.

"Me dijo que brillo como un sol..."











Fin

Holaaaaaa, he vuelto, esto no ha tenido taaaaaanto apollo, y la escuela me mantiene bastante ocupado, pero suelo escribir cuando me siento del ánimo para hacerlo, así que ya no les prometo volver luego.

Si encuentran alguna falta de ortografía no duden en corregirme.

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Bai bai.

Black Rose  / shinsoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora