◍⁠Día 27◍⁠

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Familia

Para Eijiro tener una familia no había sido contemplado en su plan de vida, más por el ritmo en que su vida cambio en cada etapa. Tampoco es que Katsuki siempre haya querido una, su único objetivo siempre había sido ser el Héroe número 1, pero igualmente su perspectiva de la vida cambio tan pronto comprendió todo el peso que conllevaba su meta.

Una vez que ambos se encontraron realizados con las metas que habían idealizado en su adolescencia, a Katsuki le llegó la idea de comenzar a desarrollarse más de manera personal, como siguiente paso formar una familia.

En un principio negó que fuera viable, él y su recién esposo tenían una vida agitada, además de que era probable que se le recalcara el tiempo entre un cambio y otro.
Contempló un par de años, los suficientes para que nadie molestará con la velocidad de su toma de desiciones.

Se volvió un tema olvidado por la disponibilidad de horarios de ambos, hasta que el primero de su generación tuvo un hijo; el pequeño mimado tenía todo la atención que pudiera necesitar.

Fue ese el momento en el que toda esa emoción supuestamente olvidada llenó el pecho de Katsuki. Ese día estuvo tan distraído viendo y cuidando al bebé que no le dio la suficiente importancia a la manera en que su esposo lo miraba.

Dijo el comentario como si no fuera la gran cosa, porque para Dynamigth nada es tan complicado. Esperó una expresión emocionada y un parloteo, no silencio; se giró a mirar a Eijiro de frente y se encontró con una expresión desalentadora.

No era un idiota, sabía que era muy difícil y costoso, pero llevaba tiempo esperando, había sido paciente y comprensivo, y aunque lo explicó no entendía porque su esposo no lo veía.

Por otro lado, una parte de Eijiro por más pequeña que sea, aún se mostraba negativa a la incertidumbre, más aún si se trataba de un cambio tan impactante.

Acepto solo por la insistencia de su esposo, con el pasar de los días se fue mostrando menos tensó al respecto, no podía evitarlo si Katsuki parecía tan determinado y de buen humor.

Los preparativos lo ponían inquieto, le costó mucho acoplarse a las nuevas espectativas. No es que fuera alguien pesimista, pero entendió que en estás circunstancias uno de los dos debía tener los pies en la tierra, y ese sería su rol siempre, el soporte inamovible.

Todo había valido la pena cuando vio el pequeño pecho inflarse con el primer aliento y el llanto que sonó después. Cuando lo tuvo en sus brazos le pareció irreal; tan pequeño, tan lindo, con su pequeña naríz como la de Katsuki, y sus manitas abriendo y cerrando hasta que se aferraron a su bata.

Cuando pudo separar su mirada de la maravilla que tenía en sus brazos, miró a su esposo, la admiración que tenía por ese hombre no hizo más que aumentar de manera irracional.

"—¿No te dije que sería hermoso?"

Desde ahí fue que realmente las cosas comenzaron a cambiar; varios días sin descansar, vacaciones por paternidad que nunca fueron vacaciones en realidad.

Le era gracioso admitir que tenía más momentos capturados graciosos de sus personas favoritas durmiendo, que las típicas que muestran la paternidad como si fuera sencilla, fotos que atesora con todo su corazón.

Ahora las horas de sueño por la noche duraban más, al menos así era la mayoría de los días, ya que había unas noches como está...

Usando su linterna de Chargerbolt llegó a la habitación de a lado, movió la luz varias veces por la cara de sus padres.

—Papi, ¿me escuchas? Papi, abre los ojos —habló en voz baja.

Katsuki parpadeo aturdido, tratando de adaptarse a la luz en su cara.

Tenerte a mi lado • Kiribaku Month Donde viven las historias. Descúbrelo ahora