Mon Étoile

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Era sábado, sin preocupaciones, sin tener que levantarme temprano, sin clases, sin tener que lidiar con mi mal humor mañanero, sin tener que ver a la señorita Mendeleiev, y sin tener que ver las caras de molestia de Marinette.

Simplemente perfec-

~Beep-Beep~

Me lleva la-

—Cállate, cállate, cállate —comencé a murmurar, sacando mi brazo de entre las cobijas para apagar el despertador de mi celular.

Se me olvidó quitar la alarma.

Después de unos segundos aventé las cobijas y me quedé ahí, mirando el techo, reflexionando acerca de si había sido buena idea desvelarme.

Suspiré y giré mi cabeza hacia un costado al lugar de Pixxie, pero un gesto de confusión adornó mi rostro cuando no vi a la kwami en su lugar.

—¿Pixxie? —me senté de golpe ignorando el mareo que vino después.

De inmediato toqué mi pecho para corroborar que mi Miraculous siguiera ahí, solté un corto suspiro cuando sentí aquella joya, ¿pero donde estaba Pixxie?

Dejé salir aire y salí de la cama, me puse unos zapatos y salí de mi habitación, deseando que nadie me viera, ya que probablemente mi rostro no era el mejor justo ahora.

Con un ojo abierto, y el otro medio abierto inspeccioné el lugar desde aquel balcón de la mansión.

Chasqueé la lengua. —¿Dónde se metió? —murmuré y regresé a mi habitación.

Pero al entrar me llevé una sorpresa, lo cual me hizo sorprenderme aún más, Pixxie estaba ahí, en esa almohada donde solía dormir.

—¿Dónde estabas? —pregunté.

Ella abrió los ojos, se veía bastante fresca, como si hubiera despertado hace rato.

—Eh... —balbuceó—. ¡Con Plagg! —exclamó.

Yo la miré y enarqué una ceja. —¿Con Plagg? ¿En sábado a las siete de la mañana? A esta hora ese kwami está en su quinto sueño —señalé.

—Pues hoy decidió madrugar —mencionó tratando de no darle importancia.

Me acerqué a ella y entrecerré los ojos. —¿Qué escondes, pequeña kwami? —le pregunté.

—Nada, mi boca está sellada —dijo y giró un poco la cabeza.

Reí. —Bueno, pero no se metan en problemas —advertí y me volví a recostar.

Miré un poco mi teléfono, vi algunos vídeos, hasta que dieron las ocho más o menos, fui a darme un baño, y posteriormente baje a desayunar.

Debía decir que la mañana transcurrió como cualquier otra, pero Adrien estaba ausente, lo cual era raro, porque no le contó que tuviera alguna sesión, pero bueno, de repente salen sesiones de foto sorpresas, así que eso lo explicaría; Gabriel supongo que estaba en su oficina y mamá estaba en su habitación.

Pasaron algunas horas, y me dispuse a ir a aquel jardín donde estaba la estatua de Emilie, me encontraba en el césped leyendo un libro, y el sol estaba en su punto máximo.

Pronto, sentí que Pixxie se sentó en mi hombro. —¿No crees que está haciendo mucho sol? —me cuestionó.

Me encogí de hombros sin apartar la mirada de mi libro. —No me molesta —contesté.

Escuché que la kwami resopló. —¿No quieres ir por una sombrilla? —me preguntó.

Hice una mueca. —Está en mi habitación, y qué flojera subir, la verdad —dije y solté una leve risa. No era broma, si me daba flojera subir las escaleras.

Unidos Somos Fuertes (Chat Noir/Adrien y Tú)Where stories live. Discover now