CAPITULO 86 (EL SECRETO DE ROSA)

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Pedro: te conozco muy bien, Dante, muy bien, y si vienes a amenazarme con decirles, créeme que vas a pagar un precio muy caro 

Dante: sigues pensando que todos somos unos idiotas, en especial Juan, pero el que va a caer eres tú 

Pedro: no me subestimes, no me subestimes, porque vas a pagar un precio muy caro 

Dante: no estás pensando con la cabeza, te crees muy inteligente, pero cuando tú vas, Juan ya viene de regreso, con un montón de agentes para meterte en la cárcel si siguies cometiendo tonterías 

Pedro: (ríe) se perfectamente lo que estoy haciendo, por qué no te vas a trabajar ¿eh? No te voy a ceder refugio Santa Catalina, hasta que me veas sentado en la silla 

Dante: Sara también quiere esa silla, no va a ser fácil quitarle esa idea de la cabeza, así que vas a tener que sacrificar tu ambición, piensa en que te conviene más o renuncias como el rey o dejas que Sara reine por tu propio bien o te vas directo a la cárcel y adiós silla 

Pedro: (riendo) oye, oye ¿y quién crees que va a poner a Sara en el trono? 

Dante: (se queda callado) 

...

Simón: (enojado) ¿cómo te atreves, Sara? 

Juan: vamos al despacho (lo toma del brazo) 

Simón: ¡me las voy a cobrar! ¡Suéltame! ¡Suéltame! 

Se fueron

Sara: (suspira) 

Déborah: bueno, voy a ver como sigue la enfermita (se va) 

Sara y T/n se miraban sin decir nada

T/n: nunca crei que fueras capaz de hacer algo así (se va seria) 

Sara: (no dice nada) 

Tadeo: (apareciendo) ¿no has visto a mi...? 

Sara: ¿a tu papá? 

Tadeo: (asiente) 

Sara: sí, mi amor, lo vi salir y espero que no tarde (se acerca) 

Tadeo: es que no me llevó a mi terapia 

Sara: ay, seguramente se le olvidó, pero yo le recuerdo para que saque otra cita ¿sí? 

Tadeo: también tengo que hacer mi tarea 

Sara: pues dame unos minutos y yo te ayudo ¿sale? 

Tadeo: (asiente) 

Sara: bueno, mientras ve por tus cosas

Tadeo: (se va) 

Dante: (llegando) que gusto verte, Sara, vengo a ver a Juan 

Sara: está con Simón en el despacho 

Dante: entonces, esperare a que se desocupe 

...

Simón: ¿por qué, por qué, Juan? ¿Por qué permitiste que Sara quitara el cuadro de nuestra madre? Su lugrar es sagrado 

Juan: no lo permití, Simón, ese cuadro va a regresar a su lugar 

Simón: Sara se está tomando muchas atribuciones que no le corresponden (da media vuelta para irse) 

Juan: ¡Simón!

Simón: (se detiene) 

Juan: ¿me mandaste mensajes amenazándome con matar a Sara? (serio) 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora