CAPITULO 125 (EL DESMAYO DE SARA)

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Paloma: no quería que terminaras siendo mi paño de lágrimas de todos mis problemas con Simón, suficiente tienes con lo de tu mamá 

Sara: para eso son las amigas y yo sé muy bien que Simón tiene un carácter muy difícil 

Paloma: pero es un buen hombre, Sara. Solo que guarda tanto resentimiento que le es difícil perdonar y olvidar 

Sara: ¿sabías que quiso atropellar a mi mamá? 

Paloma: sí, pero no la intentó atropellar, fue un accidente, Sara 

Sara: Paloma, tú sabes perfecto que Simón es un hombre violento, estoy segura que...

Paloma: Sara, no, se lo que vas a decir y estás en un error. Simón no se atrevería a tanto a pesar de que tu mamá sí intentó matarlo y sobre todo no tienes pruebas de lo que estás pensando. Más bien, yo creo que Simón tiene problemas con medicamentos, lo he visto revisar páginas de internet sobre antidepresivos, eso seguramente provocó el accidente, ha estado muy distraído 

Sara: (suspira) a ver, ¿antidepresivos? 

Paloma: discutíamos tan fuerte que a Simón se le olvidó la laptop, la abrí para apagarla y había una página abierta sobre antidepresivos. No sé que le está pasando a Simón, Sara. Me había dicho que buscaba esa información porque había visto un artículo médico y que le llamó la atención, pero ¿si en realidad está usando esas cosas? 

Julieta: mira nada más, no sabía que en sus tiempos libres le hacían de detective (burlona) 

Sara: ay, Julietita. No te metas en lo que no te importa 

Julieta: Sara, ¿no has pensado que Simón pudo haber envenenado a tu mamita linda con esos antidepresivos? 

Sara se quedaba pensando ante lo dicho 

...

Pedro: ey, tú. Estoy hablando contigo 

Aurora: sabía que dendrías a buscarme 

Pedro: no, te equivocas. Solo quiero saber qué te ofreció Juan para que te largues de nuestras vidas 

Aurora: me dio un campo verde 

Pedro: ¿un campo verde? 

Aurora: mi hijo, el bueno, me regaló su parte de Refugio Santa Catalina (sonríe)  

Pedro: no puede ser, ¿cómo pudo hacer eso? (enojado) 

Aurora: eso es lo que vales para él. Eso costó tu libertad de las garras de tu progenitor. Un montón de tierra y árboles de oro verde (ríe) 

Pedro: ¿qué vas a hacer con eso? 

Aurora: un burdel en medio del campo 

Pedro: cédemelo a mí, te hago mi socia 

Aurora:...

...

Dante: no cabe duda que por la familia uno es capaz de hacer muchas cosas 

Juan: y hablando de eso, ¿cómo sigue tu hijo? 

Dante: ¿mi hijo? ah, sí, sí, perdón, perdón, sigue en el hospital 

Juan: bueno, si necesitas algo ya sabes que estoy a tus órdenes 

Dante: sí, muchas gracias 

Tocan la puerta 

Beatriz: disculpe, señor Dante. En la recepción hay un joven que dice que es su hijo, ¿lo hago pasar? 

Dante comenzaba a ponerse nervioso y la mirada de Juan estaba sobre él 

LA  HERENCIA, UN LEGADO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora