Capítulo 2: Día De Clases Alborotado

42 4 55
                                    

El sol una señal de que un nuevo día llegaba a su vez que la semana iniciaba en el departamento se podía ver a nuestros protagonistas acostados en el suelo, siendo que Hiro abrazaba a Rei ambos estando dormidos, al menos así fue hasta que de sus celulares comenzó a sonar una alarma.

—¿Hmm? Que molestia-murmuró Rei acurrucándose en el rubio ignorando su alarma.

Al cabo de unos segundos la pelinegra abrió los ojos y lentamente dirigió su mirada al rostro de Hiro, un ceño fruncido no se hizo esperar en su cara para posteriormente darle una patada en el estómago al rubio apartandolo y sacándole de paso el aire ocasionando qué se despertara.

-¿Eh? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Desayuno?—decía Hiro agitado y sorpresivamente como si nada.

—¡Maldito pervertido ¿qué creías que hacías?!—preguntó Rei en un grito lleno de furia.

—¿Dormir?—preguntó Hiro dudoso de saber si quiera de que se le acusaba.

Antes de poder seguir la discusión los celulares de ambos volvieron a sumar haciendo que cada uno viera el suyo y lo tomará, al momento de checar el dispositivo una expresión de terror se manifestó en sus rostros.

—¡Voy tarde!—gritaron ambos preocupados.

Rei fue corriendo a su habitación e inmediatamente después salió con una muda de ropa para dirigirse al baño.

—¡¿Yo qué hago? No me dara tiempo de bañarme y llegar a tiempo!—grito angustiado Hiro.

Sin saber que hacer solo fue a donde estaba su maleta y saco ropa para cambiarse lo más rápido que pudo.

—No tengo de otra, usaré magia...¿Mi abuelo no me dijo algo al respecto?—se cuestionó el rubio pensativo.

—Hiro recuerda, no uses la magia de forma irresponsable, como para mantener caliente un sartén o en higiene personal, es un gasto de energía inútil-decía el abuelo de Hiro serio para ver con su nieto creaba una llama dorada en su mano para cocinar un pescado-¡¿Me pusiste atención?!—grito con molestia.

—No se enojo tanto como parecía, además de que no se debe de enterar—dijo Hiro algo despreocupado mientras juntaba sus manos.

Una corriente de viento que llevaba consigo varias gotas de agua que recorrían el cuerpo de Hiro dándole un aspecto más limpio.

—Perfecto, ahora a correr—dijo Hiro tomando saliendo del departamento deprisa no sin antes haber tomado una mochila qué había en su maleta.

El rubio dio un salto para caer a un lado de su bicicleta, miro su alrededor para asegurarse de que nadie lo vio, una vez se aseguró de ello tomo su bici y comenzó a pedalear a toda prisa.

Del otro lado de la moneda, la pelinegra había salido de la ducha y sin perder un segundo fue a su habitación para cambiarse lo más rápido que podía.

—¿Cómo diablos me quede dormida? No hice nada diferente...¿Tal vez el ser mínimamente amable con el cuatro ojos afecto en algo?—se cuestionó Rei mientras guarda unos cuadernos en una mochila negra—No te distraigas Rei, se te hará aun más tarde si divagas, así que deja de hablar inútilmente contigo misma y comienza a correr—se dijo a si misma.

La pelinegra sin perder el tiempo tomo la mochila y salió corriendo de su departamento dejando la puerta del departamento abierta, al cabo de unos minutos John llegó con unas hojas en mano.

—Chicos lamento molestarlos tan relativamente temprano pero me gustaría que discutieramos este tema lo antes posi...—decía el adulto llegando a la entrada del departamento viendo que el lugar estaba vacío—...Es obvio que salieron por prisa, hay rastros de humedad en el aire, así que al menos uno de ellos tomo una ducha, posiblemente esta persona dejo la puerta abierta por la prisa sin darse cuenta que el seguro estaba puesto...mamá tenía razón, debí volverme detective—decía el hombre pensativo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 19, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Roomies a Muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora