Capitulo 20

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Más bien distracción...

Siento una pequeña presión cuando juntamos nuestros labios,que hace que al instante me separe.Parece que no soy el único que siente que está pasando algo importante porque Alía hace lo mismo.

Nos quedamos rígidos mientras nos miramos , pero no esperamos más de un segundo para volvernos a juntar desesperadamente. Nuestra respiración se escucha entrecortada como si los dos hubiéramos esperado este momento.

Sus labios son suaves pero peligrosos. Lo se en cuanto los pruebo y también sé que no seré capaz de parar. Sus mechones platinos se envuelven entre mis dedos cada vez que acaricio su cuello.

Alia sube una de sus manos hasta mi nuca para tirar de mis mechones mientras que con la otra me coge del cuello. Su tacto contra mi piel quema y me enloquece.

Nunca he sentido algo parecido y no creo que vuelva a hacerlo.

Avanzamos hacia atras hasta que acabo sentado en la cama.Me parece tan lejano el hecho de haber dejado de tocar su piel unos segundos que la acerco de nuevo. Envuelvo su cadera con mis manos para volver a tenerla sujetada y la ayudo a incorporarse.

Separo ligeramente las piernas para dejar que Alia apoye una de sus rodillas entre ellas para apoyarse. Sin embargo lejos de hacer eso se sienta ahorcadas.

Mis manos no consiguen apartarse de su cintura y aún así me siento desesperado por recorrerla. Por saber si más profundos secretos aunque me duelan. Quiero saber todo de ella,descubrirla y sentirla.

Parece leer mis pensamientos porque durante un momento se separa para coger aire. Nos miramos fijamente,deseosos de lo que pueda pasar. Capaces de hacer cualquier cosa.

Le acaricio lentamente el abdomen descubierto mientras me mira a los ojos. Veo una mezcla de deseo,pero también de dolor. No consigo descifrarlo del todo pero si sentirlo. Es lo que he estado sintiendo todo este tiempo y lo que ha sentido ella.

El tiempo pasa lento y recorro mis manos por su cuerpo. No llego hasta  su clavícula cuando vuelve a besarme. No es ella quien toma el control,pero tampoco soy yo.

Alia envuelta en suspiros deja caer su camisa y yo hago lo mismo. Todavía nos separan capas de tela y aún así puedo sentir su piel arder contra la mía.

—Siempre supe que eras especial Lucas—susurra mientras bajo a su cuello. Su piel es pálida pero está noche parece brillar. Es ardiente pero tiene toques fríos.

Entre besos y mordiscos Alía me empuja hasta dejarme tumbado en el colchón. Está apunto de tomar el control cuando alza la mano rígida.

Su mano agarra el cuello de un chico desesperado por respirar. Lo agarra con suficiente fuerza como para empujarlo sin levantarse. El chico se queda en el suelo intentando respirar cuando se queda quieto.

Alia le mira fijamente mientras susurra algo que no entiendo. Al cabo d e unos segundos el chico se vuelve a levantar. Esta vez Alía toma mi barbilla y comienza de nuevo el roce entre nuestros labios.

Cuando se separa oído el crujido del cristal,pero al girar solo encuentro el ventanal roto.No hay rastro del chico,tampoco de la Alía que me ha besado.

Y en parte tampoco de mi.¿Que es lo que ha pasado?

—Ha jugado con nosotros—se levanta dejando un espacio frío entre nosotros.

Era uno de los gemelos. Me advirtió mucho antes de venir lo que podría pasar y ni siquiera nos hemos dado cuenta. He estado tan pendiente a ella,que no he notado como jugaban con mi mente.

Mientras Alía recoge su camisa la puerta a abre y de ella se asoma Megan,quien abre la boca cuando nos ve.

—¡Pero que es lo que habéis hecho!—se tapa la boca cuando la ve vestirse—Alía que es lo que tienes en el...

No parece interesarle demasiado porque se da la vuelta para mirarme un segundo y después se vuelve a girar para quedarse callada.

Megan y yo nos quedamos callados cuando sale corriendo de la habitación. Ambos con el ceño fruncido sin entender el porqué nos levantamos a la vez y salimos de la casa.

—Megan,¿cuanto hace que no escuchas las indicaciones de Rowen?

—Hace una hora.

Corremos hasta el coche para darnos cuenta de que la moto de Alía no está,y ella tampoco.

De repente siento una mala sensación. Algo no va bien,algo va a pasar. No entiendo que es pero no le digo nada a Megan que está concentrada en conducir lo más rápido que puede.

El camino no está muy lejos de la casa,pero si escondido. Nos hemos adentrado en el mismo bosque donde me encontré a Alía,donde todo empezó.

En medio de los árboles hay una cabaña con la madera putrefacta. Y al lado de ella se encuentra su moto.

El único sonido que se escucha cuando bajamos del coche es el de las hojas golpeándose a sí misma por el viento. Hay silencio hasta que se escucha un silbido,es apenas un susurro.Pero es suficiente para que nos adentremos a la cabaña.

Su interior es aún más grande que lo que muestra al exterior. Los muebles están cubiertos por el polvo y el suelo cruje bajo nuestras pisadas.

No parece haber signos de que alguien se encuentre aquí.

—Lucas—volteó a ver a Megan quien señala los auriculares—avísame si encuentras algo—asiento antes de separarnos para revisar las habitaciones.

Ninguna parece tener algo en especial hasta que entero en la última.

Está vacía al igual que las otras,pero hay algo que me hace desconfiar. Lo entiendo cuando escucho que la puerta se cierra detrás de mi.

Y cuando veo a Matthew entre las sombras.

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