★01. La desconocida.

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《El amor es la luz que ilumina mi camino cada día

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《El amor es la luz que ilumina mi camino cada día.》

Las vacaciones de verano son un sueño para muchos y una especie de tortura para otros. Seguro te estarás preguntando, ¿por qué la tortura?

Bueno, la respuesta es sencilla, la tortura se la llevan quienes tienen que enfrentar clases de verano. Pero para aquellos afortunados cuyo sueño es otro, este tiempo de descanso es un verdadero paraíso. Las playas, los viajes, la diversión sin fin, todo eso forma parte de lo que ellos llaman "vacaciones de verano".

Pero luego estamos nosotros, el otro grupo, quienes pasamos el verano encerrados, sin un destino exótico ni emocionantes aventuras playeras.

En mi caso, no puedo evitar ser demasiado sensible al sol, así que la idea de ir a la playa y regresar hecha una langosta no es precisamente mi idea de diversión. Tampoco tengo la opción de viajar a tierras lejanas; mis Tíos, al parecer, creen que hay un tesoro oculto en nuestra ciudad que solo se encuentra en verano.

Entonces, ¿qué hago durante mis vacaciones de verano? La respuesta es sencilla: leer y tratar de sobrevivir. Ya sé, suena emocionante, ¿verdad? Mi sueño sería ser de esos afortunados que disfrutan de las playas tropicales y se broncean bajo el sol, pero en cambio, aquí estoy, atrapada en la categoría de "no-tan-afortunados."

Solo me quedan dos semanas antes de que mis maravillosas (y sí, puedes notar el sarcasmo) vacaciones de verano lleguen a su fin y tenga que enfrentar la increíble y emocionante (sí, más sarcasmo) vuelta a clases.

En mi defensa, debo decir que, aunque quizás no sea la reina de las actividades al aire libre, por alguna extraña razón, tengo buenas calificaciones en la escuela.

No es que lo haga a propósito; si dependiera de mí, pasaría el día entero durmiendo o perdiéndome en el mundo infinito de TikTok.

Sin embargo, hoy es diferente. Hoy tengo una cita obligatoria con mi perrita, Nala. Sí, soy una fanática de "El Rey León," y no había forma de que le pusiera "Galleta" a un esquimal americano que es más blanco que una pared.

Luego de batallar con un vestido lila que seleccioné en un intento desesperado de evitar que el calor me achicharre, y de calzarme unos tenis blancos que, por alguna extraña razón, parecían una excelente idea (aunque en el fondo sé que terminarán con más manchas que una paleta de colores), intenté infructuosamente peinar mi cabello castaño en una coleta. Al final, mis brazos, poco acostumbrados a esfuerzos físicos, se rindieron ante el reto y opté por dejar mi melena suelta.

Vale, es probable que te preguntes por qué no mencioné a mis padres. La historia es que mis padres decidieron tomar caminos separados cuando apenas tenía cinco años. Mi papá formó una nueva familia y se alejó de mí, mientras que mi mamá, a pesar de vernos de vez en cuando, nunca fue precisamente la madre del año.

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