Capítulo 14: Bram Fuller (parte 1)

61 7 12
                                    

Merrick dice que debo registrar las fechas exactas de los acontecimientos significativos al momento de escribirlos. No sé por qué me obliga, cuando ella misma no sigue esa norma en sus propios apuntes. De seguro es tonta, pero más tonto soy yo por hacerle caso.

  Ay, señorita Tillinghast, ¿que voy hacer con usted? Para tener bastantes años, aún muestra algunos comportamientos infantiles que me recuerdan a la antigua Nhor y no al monstruo adulto que actualmente lleva su rostro. Me he permitido pensar que su apariencia física ejerce cierta influencia en su peculiar manera de ser. Si esto no es el caso, temo que voy a terminar asustado.

  Paciencia

  Paciencia

  Paciencia...

Viernes, 29 de abril de 2022 (un día antes para el Walpurgisnacht)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Viernes, 29 de abril de 2022 (un día antes para el Walpurgisnacht)

Desperté repentinamente, casi de un salto, trayéndome de regreso a esta realidad y a la habitación donde me hospedaba en el Rumity Mundi. Mi corazón estaba muy agitado, a tal ritmo que me dolía demasiado y por impulso me llevé una mano al pecho, pues mis latidos parecían querer romper mi caja torácica.

  Era la primera vez que me sucedía algo así tras volver de un plano superior, y tuve que esperar un rato hasta que el dolor se disipara para poder moverme.

  Algo terrible había pasado en aquel lugar no-físico, pues una gran cantidad de viajeros astrales habíamos sido expulsados de ahí, obligándonos a regresar al mundo material sin saber porqué y cuando poder volver, debido a que traté de entrar de nuevo y no pude. Era como si todo el sistema hubiera colapsado, y no me imaginaba aún que clase de poder era capaz de lograr eso. Ni siquiera los espíritus maestros, seres incorporeos que moraban allá, se habían comunicado telepáticamente para decir que problemas sucedían, como era costumbre con los visitantes recurrentes, como yo. Tal vez... algo los estaba atacando.

  Cuando transcurrió el tiempo y ya no sentía tan fuerte esa incomodidad en mi pecho, me levanté de mi sillón y caminé despacio hacía la única ventana que tenía al frente. Como mi pequeña habitación de un segundo piso estaba en penumbra y no quería encender las luces, deslicé la cortina para que ingresara la luz de las farolas mientras contemplaba con preocupación el paisaje.

  Estaba lloviendo y aún no había amanecido pero tampoco faltaba mucho para eso, el cielo iba ganando claridad. Estas eran malas noticias, el tiempo se había alterado, porque se suponía que desde que me fui con Merrick rumbo a los registros Akáshicos, el lapso de tiempo en que estaríamos desconectados de la tierra no sería tanto, a lo sumo unos cuatro a seis minutos una vez que despertáramos, pero no varias horas como lo estaba viendo a través de mi ventana.

  La lluvia hizo que los insectos y las aves se ocultaran, por lo que no podía enviar ninguno bajo mi control para comprobar cómo estaba Merrick, si había despertado o no. Temía que si no lo conseguía podría quedar atrapada allá, y su cuerpo quedaría en un estado de coma permanente, y sería toda culpa mía. Ya me había sucedido algo similar con alguien en 1796, y no quería que se volviera a repetir.

La princesa del país perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora