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Lepidoptera

Ahora con musica!

Muchisimas gracias a "Man in a trenchcoat", de verdad.

-Ya casi estamos. -Una voz áspera me despertó de mi letargo, seguida de unos fuertes golpes en una superficie metálica.

Al despertar, sentí que el estómago se me retorcía de tanto sacudirme de lado a lado.
Me senté en la cama improvisada y me agarré la cabeza con las dos manos para intentar detener las náuseas.

Algunas personas no son susceptibles al mareo, una ventaja genética que tienen sobre otras.
Lamentablemente, yo no era una de ellas.

Levantándome del suelo, recogi mi maletín y me estiré, los huesos de mi espalda llorando de dolor por todas aquellas incómodas noches.

Me arrastré hasta el pasillo, luchando por mantener el equilibrio, por el camino saqué una barrita de mi maletín. La única fuente de nutrición en mi largo viaje, la mordisqueé distraídamente mientras encontraba el camino a la cubierta.

Rápidamente encontré a uno de los marineros y le saludé con la mano, aunque sólo asintió como respuesta.

-Buenos días. -dije, terminando el resto del snack y guardando el envoltorio en uno de mis bolsillos.

Los marineros no respondieron, probablemente porque no hablaban mi idioma.
Sólo el capitán hablaba español, aunque eso podría ser estirar la definición de la palabra.

Era el único barco que se acercaba al lugar al que yo quería ir, así que no tuve más remedio que regatear.

Al principio no quería llevarme, ya que el barco ni siquiera se acercaba a la costa, pero resulta que todos sus reparos se resolvieron metiéndole un par de billetes verdes en el bolsillo.

¿Quién iba a decir que era tan fácil traspasar las barreras lingüísticas?

Al ver al capitán desde lejos, lo saludé con la mano.

Se dirigió hacia mí, sin inmutarse por el brusco balanceo del mar, con los pies imantados al suelo, mientras yo luchaba por mantenerme en pie.

-Casi llegamos. -Repitió.
-El barco no puede acercarse, tienes que nadar.

Me estremecí ante la idea de tener que nadar por aguas frías, pero no he llegado tan lejos sólo para rendirme.

Llevo tiempo siguiendo esta primicia, y con razón.
Experimentación genética humana.

Suena mal por sí solo, pero teniendo en cuenta la cantidad de rumores y las medidas que han tomado para mantenerlo en secreto, será jugoso.

Rumores de personas con características animales, superoído, visión nocturna, reflejos demenciales, y la lista continúa.

Casi puedo imaginarme los titulares y un buen sueldo en mi cuenta bancaria.

Podía ver la orilla de la playa, un poco demasiado lejos para mi comodidad, pero era lo mejor que iba a conseguir.

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Me arrastré hasta la orilla, con los pulmones ardiendo en busca de aire.
Conseguí que no se me cayera el maletin, y abrí rápidamente para asegurarme de que no había agua filtrándose por las rendijas.

LepidopteraWhere stories live. Discover now