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La salud mental es tan importante como la física (no estoy segura de que entra en salud Física pero por las dudas lo aclaro). Cuando las cosas no salen como uno lo espera, siempre está ese monstruo agresivo llamado depresión, qué pone ideas espantosas en tu cabeza. En mi caso, eran ideas de estancamiento y fracaso. No sé si estarán al tanto, pero en mi queridísima Argentina, qué tantas alegrías y amores me ha dado, las cosas no están del todo bien a nivel sociocultural. A mi familia le han robado cuatro veces en un mes, y si bien no estoy pasando un mal momento económico (Gracias a que tengo un increíble trabajo en donde me apoyan y puedo solventar mis gastos) nos deja de ser bastante invasivo el mundo real con el de los sueños. Y el mundo real puede ser bastante duro, y si encima no vemos resultados esperados en los sueños, te hacen pensar que quizás esto no es lo tuyo.
Agradezco infinitamente a las personas que me hicieron llegar mensajes de apoyo, que compartan mi historia en grupos y que puedan difundirla a mí me infla el corazón y me hace sentir que a lo mejor sí puedo.
Les voy a decir una cosa que lo estuve tratando en terapia, y no sé si será parte del libro o no, y a lo mejor en algún momento pueda agregarlo porque me pareció súper constructivo.
Todos tenemos derecho al éxito. No importa de dónde vengamos o cuáles sean nuestras posibilidades y herramientas, el acceso al éxito es posible. Quizás en mayor o menor escala, con más o menos obstáculos, pero estoy completamente segura de que yo me lo merezco tanto como cualquier otra persona.
Estoy completamente segura que vos también te lo mereces, y si luchas podés conseguirlo.
De un guerrero a otro, ánimos!



Bea

Hacía tanto tiempo que no experimentaba algo así, el fuego lamiendo mi piel y siendo apagado por la tibieza del agua que me empapaba por completo.

La boca de Jax devoraba la mía sin piedad, ambos teníamos la necesidad de comernos por completo y eso era innegable. El deseo me estaba llevando más allá de lo que me imaginaba.

Siempre había sido muy sexual, pero me di cuenta que solamente estaba dormida.

Y con unas simples caricias, el rubio me estaba despertando.

Su cuerpo duro se pegaba al mío, no quería pensar en la flacidez o marcas que tenía mi nuevo físico. Me quería sentir intrépida y sensual, ponerme a pensar en las estrías o tener los senos un poco caídos solamente me llenaría de inseguridades.

— Eres tan hermosa…— Jadeo Jax sobre mis labios

Una de sus manos sostenía mi mandíbula, mientras que la otra me apresaba de la cintura, pegandonos tanto que ni el agua de la regadera se filtraba entre nosotros.
Me tomó de la nuca, profundizando un beso húmedo y caliente que me derritió en sus callosas manos. Tomo uno de mis muslos, alzandolo hasta engancharlo en su cadera.

Jadeé ante el roce de mi zona íntima contra la dureza que parecía temblar contra mi piel. Moví las caderas inconscientemente, quería más de esa fricción deliciosa que me estaba haciendo gemir en los labios de Jax.

— Dime que pare. — Dijo apretando mis nalgas con las dos manos — Dime que me detenga y lo haré.

— No te detengas Jax.

En mi voz se podía sentir el desespero, lo último que podría hacer en el mundo sería detener a un hombre como el que tenía frente a mí.

En sus ojos bicolor había tanto poder y lujuria, pero también podía vislumbrar algo similar al miedo al rechazo. Debía estar alucinando porque un tipo así jamás podría tener dudas sobre sí mismo.

Tomó mis muslos y me alzó en volandas, un movimiento rápido que hizo que me sostuviera de sus hombros anchos para evitar una caída limpia en el suelo de la ducha.

La Guerrera de los SalvatoreWhere stories live. Discover now