03

1.5K 240 21
                                    

Una vez que Alisha perdió de vista a Taylor y a su representante, se encaminó hacia la sala de conferencias #3, donde la esperaban desde hace rato. Ya no estaba tan de buen humor como antes, pero aún así mantuvo las apariencias y sonrió en cuanto estuvo frente a todos.

—Alisha, hola, nos enteramos del inconveniente —el hombre que encabezaba la mesa habló amablemente. Kellen sonrió mientras tomaba asiento al otro extremo, tratando de controlar su agitada respiración.

—Si, en verdad lamento haberlos hecho esperar.

—No hay problema, nos dió tiempo de discutir con tu agente —señaló con la cabeza a la pelirroja, quien sonreía de una manera muy forzada—, estuvimos hablando sobre tu futuro, y aunque creemos que eres una joven prometedora, lamentamos decirte que no es un buen momento para que te unas a nuestra agencia.

—Oh, —soltó. Su semblante antes feliz ahora había decaído con total decepción mientras jugaba con sus dedos. Realmente pensó que lo conseguiría.

—Lo sentimos muchísimo, pero estoy seguro seguro que pronto encontrarás el camino correcto.

No esperaron una respuesta, simplemente se pusieron de pie y se marcharon. Alisha miró a los tres hombres de traje negro salir sin siquiera mirarla.

—Al demonio, buscaré a mi contacto de confianza —soltó su representante. Kellen la miró sacar su teléfono y teclear con furia mientras ella se quedaba ahí, sentada, sin poder hacer o decir algo.





Un mes después.

Habían pasado exactamente 35 días desde que Alisha rechazó la oferta de Taylor y está de más decir que se arrepentía a cada hora. No sólo no había tenido suerte en ninguna audición, sino que tampoco había logrado conseguir una agencia.

—Cada día pierdo más esperanzas —se quejó mientras acariciaba a su perro, quien la ignoró completamente —Claro, ignora a quien te da de comer.

Suspiró y dió una vuelta por el pequeño departamento. Miró la mesa donde se encontraban las llaves y su labial rojo favorito. Justo en el medio debajo de todo eso, estaba la tarjeta que contenía el número de Tree, la representante de Taylor.

Kellen estaba desesperada por llamarla y decirle que había cambiado de opinión. Su desesperación era tanta que se encontró a sí misma caminando hasta su celular y escribir con una rapidez sorprendente dicho número. ¿Y que si tomaba un atajo? ¿Y que si si necesitaba ayuda para poder triunfar? No sería la primera ni la última persona en hacerlo.

Antes de que pudiese presionar el botón verde, unos golpes en su puerta llamaron su atención. Dejó el celular sobre el sofá y abrió la puerta sin molestarse en revisar quién era.

—¿Sasha? ¿Qué sucede?

—¡Te aceptaron en In the heart of the sea! ¡Tienes un papel!

—¿Habla en serio? ¿No es una especie de broma, verdad?

La pelirroja negó con euforia mientras entraba y cerraba detrás de ella. Pasó por alto las velas que adornaban el lugar.

Kellen no podía permitirse una factura de luz demasiado alta. Le costaba mucho esfuerzo pagar la renta al final del mes, sumándole a eso lo que debía pagarle a su representante, más lo que gastaba en comida y en su mascota.

—No... me llamaron hace unos diez minutos. Vine tan rápido como pude. ¡Tenemos que celebrar!

—Oh, dios, ¿cuánto empiezo?

—Los detalles vendrán luego. Pero esto es genial, lo sabes, ¿no? Trabajarás con grandes actores. Chris Hemsworth, Cillian Murphy, Tom Holland... ¡Es la oportunidad que estábamos esperando!

Delicate || T. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora